Cuales fueros los principales cambios de América y Europa en el siglo XIX

Toria de los derechos laborales en el mundo
En la actualidad, gran parte de los países del mundo cuentan con códigos del
trabajo que reconocen los derechos fundamentales de sus trabajadores. El inicio
de este proceso se remonta al siglo XIX europeo, cuando la precarización de
las condiciones laborales y de vida de los trabajadores impulsó el surgimiento
de diversas formas de organización obrera que comenzaron a demandar
mejoras laborales y en sus condiciones de vida.
Recurso1 Capitalismo, organización obrera y derechos laborales en Europa en los siglos XIX y XX
El liberalismo se consolidó en Europa a fines del siglo
XVIII, lo que significó el fortalecimiento y expansión del
capitalismo. Si bien este aceleró el proceso de mejora
material de los países en que se implementó, para los
trabajadores muchas veces significó un deterioro en
sus condiciones laborales y de vida. Los vínculos que
unían a trabajadores y empleadores en el mundo rural
y la pequeña industria sucumbieron ante el trabajo
industrial, mecanizado y en serie, así como ante la
despersonalización y masificación de los empleos.
Se produce la expansión y diversificación de la actividad
industrial y la urbanización de la población (migración
campo-ciudad). El alto número de trabajadores disponibles,
sumado a la mecanización de la labor industrial, generó
paupérrimas condiciones de trabajo, caracterizadas por
extensas jornadas laborales (de 12-14 horas), trabajo
rutinario, bajos sueldos, maltratos y abusos. No existía
ningún tipo de regulación de las relaciones laborales, pues
se exaltaba la libertad en el contrato de la fuerza laboral.
Durante este período surgieron las primeras formas de
protesta obrera modernas.
Grabado de niños en fábrica. Siglo XIX.
Las acciones obreras que buscaban mejorar sus condiciones
laborales y de vida adquirieron mayor nivel de organización
y reflexión. Las demandas ya no se dirigían exclusivamente
a los empleadores, sino que demandaban el accionar del
Estado en el caso de algunos grupos; mientras otros veían
en este un instrumento de la dominación burguesa.
Las tomas de fábricas, huelgas y manifestaciones se
expandieron, llamando a los Estados a intervenir en las
relaciones laborales. Estos favorecieron a los empleadores
y reprimieron las acciones obreras en nombre del orden
social. La huelga y otras acciones de protesta fueron
criminalizadas.

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