Toda experiencia tiene que "cerrarse" o "resolverse" para que podamos estar bien o continuar con nuestra vida. Si no se concluye satisfactoriamente entonces se crea un conflicto que nos inmoviliza o impide tener nuevas experiencias.
Por ejemplo, tienes la necesidad de comer, entonces tu actitud, tu motivación, tus conductas, etc., todo en ti se enfoca en cubrir esa necesidad. Mientras no logres alimentarte difícilmente podrás realizar otras actividades o encontrarte bien, porque en tu cabeza estará el conflicto del hambre que sientes. Una vez que logras sentarte frente a una gran hamburguesa con papas entonces tu cuerpo y tu mente se relajan porque finalmente podrás satisfacer tu necesidad. Si algo sucediera en ese momento que te impidiera comer (como que alguien te quite tu comida) el conflicto se agravaría pues habría una mayor frustración en ti, y ésto también implica que la próxima vez que estés frente a la comida actuarías de forma desconfiada temiendo que alguien te quite otra vez tu comida. Pero, supongamos que entonces, finalmente, logras comer: tu necesidad se satisface, tu mente se relaja y puede enfocarse en otros objetivos, es decir puedes continuar con tu vida. Al menos hasta que tengas otra vez hambre, entonces las experiencias anteriores determinarán tu forma de buscar y de actuar ante la comida, por lo que mientras mejor sepas resolver los conflictos menos problemas tendrás en similares experiencias futuras.
Cuando un conflicto no se resuelve o la experiencia queda inconclusa, entonces ésta tiende a repetirse una y otra vez hasta que logra resolverse satisfactoriamente; es decir, si una relación de noviazgo no se concluye bien o quedan conflictos sin resolver entonces en la siguiente relación podríamos estar actuando y reaccionando igual intentando resolver el conflicto anterior. Lo cual ya es un poco "loco" porque no se trata ni de la misma situación ni de la misma persona. Y éste es la principal consecuencia de los conflictos sin resolver, que nos hace actuar de forma irracional ante nuevas situaciones porque en realidad estamos reaccionando ante situaciones pasadas, lo cual es insano.
Por ello es muy importante concluir todo satisfactoriamente y de la forma más rápida y sencilla posible, porque mientras más nos compliquemos más problemas tendremos en el futuro.
Entonces, la situación ideal es resolver el conflicto directamente con el "objeto" que lo ha creado. Es decir, si el problema es con tu madre entonces es directamente con ella con quien debes hablarlo e intentar resolverlo. Aunque ésto no siempre es posible por diferentes razones, como que la persona ya no esté o no se preste a hablarlo. En éstos casos es cuando es de gran ayuda asistir a Terapia Psicológica, para que puedas resolverlo sin la necesidad de que la otra persona esté presente. No es sencillo y puede requerir más tiempo que si lo haces con la persona, pero al final la terapia te ayudará a continuar con tu vida.
Ahora bien, siempre es de gran ayuda la Psicoterapia, aún cuando sí puede resolverse directamente con la persona, porque a veces no sabemos cómo actuar o qué decir, y en lugar de resolver el conflicto terminamos complicando más la situación, por ello la guía de un Psicólogo nunca estará de más para ayudarnos a resolver los conflictos que se crean en las relaciones.
Por lo tanto, si ella no quiere hablar contigo, entonces considera la opción de asistir a Terapia Psicológica para que puedas resolver éste conflicto, sentirte bien y continuar con tu vida. No tienes que depender emocionalmente de ella ni seguir atado a algo que ya terminó. Pero antes tienes que entender qué sucedió, ponerle punto final, cerrar la puerta y entonces seguir con tu vida dejando todo atrás.
Considéralo...
Psic. Massiel