Hola, quiero preguntar si yo puedo hacer el ritual de quitar el mal de ojo a una persona muy cercana que creo que pudiera tenerlo hace ya muchos años. De joven destacaba mucho y es posible que algún entorno, conscientemente o no, le insuflara mucha energía negativa. Desde entonces apenas le sale nada y va de mal en peor. Esta persona no cree mucho en esas cosas ni creo que pudiera hablar de ellos con facilidad. ¿Cómo podría hacerlo? Muchas gracias.
Procuraré ayudarle tanto como sea posible. Ojalá pudiese yo darle el paso a paso cómo hacerlo, pero siempre faltará el "pequeño detalle"; o la "atención al caso particular". Es necesario que yo le transmita que no existe una receta universal para este tipo de cosas. Quien así piense; quien crea que con una oración determinada o un ritual hecho como "traje de confección"se solucionará algo, o desconoce totalmente el tema o es un malintencionado. No estamos hablando de recetar una aspirina para el dolor de cabeza, sino de algo mucho más serio. Sabía Ud. que en esos casos, ¿de no hacerse las cosas correctamente podría salir perjudicado quien está intercidiendo o empeorar quien padece el mal?. Sé de su buena fé; de su deseo solidario de ayudar a su amigo, pero créame que le escribo motivado por ayudarle y no por coartar su loable intención. POdrá creerse o no; pero yo llevo 32 años en el tema, y por la integridad de la persona afectada toma las mayores precauciones al efectuar la cura. Mi consejo es que no se exponga a eso; que busque una persona con fundamentos y amplia experiencia; desconfíe de las soluciones facilistas, que sólo le traerán problemas mayores a su amigo, y, fundamentalmente, no haga nada para lo que Ud. no está preparado. Créame que es un sano consejo que a lo único que apunta es a protegerlo. Si es Ud. católico, no podrá haceerle mal a su amigo que rece por él; si sigue otra creencia religiosa también puede apelar a los medios que correspondan todo eso ayudará y son cosas que están al alcance de todos. Pero para cosas como esa están los especialistas; así como para la reparación del motor de un coche; para una intervención quirúrgica; la extracción de una pieza dental... si nos involucramos en cosas que no dominamos nos arriesgamos a perjudicar aún más al afectado, y a nosotros mismos. Tal cual le dije; no desarmaríamos el motor de un coche, ni abriríamos a un amigo con un bisturí para extirpar su apéndice... Al César lo que es del César. Espero que mi opinión sirva de orientación, y justiprecie el consejo como la sana opinión de alguien que ha dedicado su vida a este tipo de cosas. Un sincero abrazo, y que su amigo logre pronta mejoría. La paz sea con Ud.