Mi ex novia es egoísta, inmadura y cruel, me causó depresión y pensamientos obsesivos

Tuve una relación con una chica que me ha dejado marcado. Hace cinco años que todo acabó y, sin embargo sigo hablando de ella, de lo egoísta, inmadura, cruel que era, también de lo lista, atractiva, etc. El caso es que he pasado depresiones cada vez que me dejaba (porque me dejaba y volvía conmigo varias veces). Las depresiones las causaban mis pensamientos obsesivos hacia ella, pero los años pasan y aunque la depresión desapareció yo siempre me acuerdo de ella e incluso hablo solo sobre ella, en voz alta, insultándola y recriminándola, al mismo tiempo que la añoro. Todo esto me produce gran amargura, la autoestima la tengo regular, me siento una mala persona, criticona, que habla más de la cuenta, poco inteligente, dependiente y así, aunque tenga éxito con otra chica pienso que me dejará como lo hizo ella, esta vez con motivos.
Paradójimante llevo tres meses en los que me siento bien, me divierto, ella no ocupa tanto mi pensamiento y hablo mucho menos sobre ella; pero a veces la veo (porque vamos a un centro de aprendizaje de idiomas en común) lo cual evito llegando justo a la clase calculando el tiempo que ella tarda en salir del centro y los días en los que los va que ya tengo estudiado. Al principio no siento nada, luego me vienen todos los recuerdos a la cabeza y caliento la cabeza a los que me rodean (menos que hace años, afortunadamente). No obstante no quiero hablar de ella a nadie ni con odio ni con envidia, ya que envidio su forma de ser independiente y egoísta, que no sufre por nadie, ni a ningún hombre necesita, de lo que disfruta con sus amigas y viajes (hace poco me enteré de lo feliz que era con su vida) y yo sin embargo siempre acabo hablando de ella. ¿Qué puedo hacer? Tengo que decir que he ido a psiquiatras y psicólogos y no me han servido de nada, la mejoría que he experimentado ha sido por el tiempo y hacer otras cosas, pero sigo enganchado a los pensamientos obsesivos y sigo hablando de ella lo que me hace sentirme avergonzado, débil, impotente, amargado.