Ruidos piscina, puerta metálica y juego con pelotas que no dejan descansar.
Vivimos de alquiler en un piso, en el que la ventana del cuarto de dormir principal, da a un hueco donde esta el paso de todos los vecinos a la piscina, piscina que tiene una puerta metálica que cada vez que cierra retumba en mi casa, y los juegos de niños con pelotas contra esa puerta metalica, hacen imposible el descanso, yo soy sanitaria y hago turnos de noche, y es imposible descansar, si se hiciera uso de la piscina en condiciones normales, creo que sería el ruido soportable, pero hablamos de 6 niños dando gritos y pelotazos en una puerta metálica enorme, la dueña del piso me dice de cambiar la ventana por otra de aislamiento del ruido, y mi pregunta es, ¿debemos pagar nosotros esto? Además de esto, la piscina está cerrada en invierno, las madres siguen usándola para que los niños jueguen en ella, con lo mismo, ruidos en exceso, pues hace eco y yo en mi cama NO PUEDO DORMIR NI CON TAPONES. Quiero denunciar esto porque el presidente lo sabe todo y no cierra la piscina, en invierno, considero que este tipo actos son en un parque para que jueguen los niños, de hecho para ello está construido a una calle de aquí... No se que hacer estoy desesperada
3 respuestas
Si ha avisado usted a la propietaria y no quiere hacer nada, y si lo sabe el Presidente y tampoco quiere hacer nada, me temo que lo tiene usted complicado. Sólo podría usted conseguir algo si el nivel de ruido superase lo permitido por la normativa municipal. Como se trata de horario diurno, creo poco probable que esto ocurra.
Que la piscina esté cerrada en invierno no impide, necesariamente, que el recinto esté cerrado. Únicamente se impide el uso. Habría que ver, no obstante, si el acceso al jardín de la piscina puede suponer un riesgo de accidente, pero si la piscina está correctamente protegida, no tiene que existir.
¡Gracias! La dueña ya lo ha intentado todo, y el presidente pasa bastante del tema, supongo que porque no son conscientes del ruido, es como estar todo el día viviendo en la calle rodeada de todos los ruidos, gritos y pelotazos de todo el vecindario. La dueña tiene que cambiar la ventana entonces, esperare que se aísle el ruido.
No obstante hay unos estatutos que impiden el uso de pelotas de fútbol, y no se porque nadie, el presidente por ejemplo, hace que se cumpla esto. Pero bueno, veo que lo de vivir dignamente, no es siempre aplicable.
La comprendo perfectamente y lamento su situación. Por experiencia propia conozco lo desesperante que es tratar de dormir de día, trabajando de noche. Es increíble lo ruidoso que es nuestro entorno, y no nos damos cuenta hasta que lo tenemos que sufrir.
Entiendo también que se enoje y se plantee por qué no hace nada el Presidente. No sé si habrá hecho o no algún intento, pero también le digo que no lo tiene fácil. Quizá no haya hecho absolutamente nada, o quizá lo ha intentado sin éxito.
Es triste, pero las personas que tienen por costumbre ignorar las normas y que no respetan a los demás, sólo reaccionan ante las sanciones.
Obligar a cumplir las normas no es sencillo. Y menos para alguien que no tiene poder sancionador. El Presidente puede avisar a los que juegan a pelota (o, mejor dicho, a sus padres). Pero si los vecinos no hacen caso, sólo queda la opción de demandarlos. Y el asunto no es sencillo. Para empezar, debe aprobarlo la Junta de Propietarios. Raro sería que lo hiciera. Si a ellos no les molesta, ¿para qué se van a meter en líos legales que, además, pueden acabar perdiendo?
Lo del ruido de la puerta metálica, en cambio, podría tener solución (o mejora, al menos) sin mucho coste. Habría que ver la puerta en cuestión, pero seguramente pueden adherirse al marco elementos que amortigüen el golpe (unas lágrimas de silicona, por ejemplo) o bien un sistema de freno hidráulico. El primer método no frena la puerta, pero absorbe el golpe y reduce el ruido. El segundo sistema es más caro, pero más efectivo. Frena la puerta, elimina el ruido y protege la puerta y el marco.
Como bien le dice el compañero... son casos muy difíciles en los que uno no tiene mucha fuerza ni peso.
Lo más facil en estos casos es... ¿mudarse?
El descanso es un bien necesario y poco valorado. Pero cuando ya es pura necesidad... como en la peor de las enfermedades, uno invierte lo que no tiene.
Suerte con todo y mucho ánimo.
¡Gracias! Muchas gracias, yo esto no lo veo Justo, estoy buscando viviendas y no hay son todas de temporada, de septiembre a junio y es desesperante . Yo no lo veo normal. Pero bueno. Así va España
Concuerdo en todo con usted.. ni es justo ni es normal... pero si nuestros convecinos y las instituciones locales y nacionales se borran del mapa, ya le digo que poco puede usted hacer mas que mudarse.
Podría interponer una denuncia civil contra la comunidad e incluso contra el gobierno local, autonómico y hasta nacional, por no respetar el descanso del ciudadano. Pero... ya se puede imaginar que esto durara mucho y si tiene poderosos enemigos enfrente a los que no les interesa que esto salga adelante, nada sucederá.
Lo dicho... lo más facil y factible y rápido sería mudarse de vivienda.
En las afueras seguro que no hay tanto niño jugando y más en un país donde se procrea poco.
Jajajajaja muchísimas gracias a todos, de corazón . No me queda otra que seguir buscando otra vivienda . Muchísimas gracias por los consejos a todos
La tecnología esta llegando en tu ayuda, actualmente hay muchos auriculares de cancelación de ruido:
Puedes buscar también un antifaz con cancelación de ruido, para dormir en viajes y incluso puedes conectarle algo de música para ayudar a relajarte, aqui tienes uno:
o en negro:
Pero estos dos de 15€ creo que no pueden hacer una buena cancelación por ese precio.
Lo mejor es ir a alguna tienda de electrónica o el corte ingles por ejemplo y probarlos allí si realmente funcionan.
Tambien están sacando esto:
Pero hay que tener cuidado, es mejor probarlo antes de comprar, o como mínimo comprarlo en algún sitio que te devuelvan el dinero si no funciona. Realmente la tecnología funciona y te permite anular ruidos muy fuertes a tu lado, hasta el punto de no oír nada, pero eso suele ser caro.