¿Por qué no pude hacer nada cuando me encontré de nuevo con quien me causó tanto dolor cuando era niño?
Quisiera resumir un poco para no ir muy lejos. Cuando tenía doce años, un amigo y socio de mi papá, comenzó a tocarme y continúo con esto hasta que tuve catorce y ya no podía más, fue en medio de una terrible crisis que amenace con decírselo a alguien y entonces se detuvo. Puedo recordar cuando me sujetaba del cabello y me forzaba a verlo para decirme: "te ves precioso" al tiempo que hacía lo que hacía y tras ello se retiraba como burlándose de mi.
Ese tiempo fue muy difícil para mi en todos los sentidos y hoy, cuando tengo ya diecinueve, creo que no he logrado pasar por sobre esto y dejarlo en el pasado. No se lo he dicho nadie, no lo he intentado y posiblemente no lo intentaré solo por la vergüenza que siento y el dolor que sigue latente.
El verdadero punto de mi pregunta es que hace unos días lo hallé en una reunión en el corporativo de papá. Ellos hablaban plácidamente, él sonreía y cuando me vi, ya estaba dentro de la oficina. El me saludó con amabilidad y yo solo me quedé en silencio, como fuera del mundo y mi papá me tocó varias veces porque estaba mareado y tenía lágrimas en mis mejillas, pero sin decir nada, ni hacer nada en absoluto.
Creo que tenía terror, no obstante podrían ser naúseas de la repugnancia que me causaba yo mismo, ni siquiera el verlo, sino yo y el estar allí- Era como si de pronto volviera ser pequeño y él volviera a usarme, era como revivir el verme quieto, en el suelo, cuando al fin me dejaba en paz.
Lo que más rabia me da es que tenía tanto para decirle, yo creía que podía ser más fuerte, que podía mirarlo a la cara y hablar para contarle como había sido mi vida por todo lo que me había hecho. El dolor que había sentido, la angustia, la fragilidad de mi mente y mi cuerpo. Creía que al tenerlo a mi lado iba a poder gritarle lo que sentía y sanar un poco...
Sé que en algún momento por los caprichos del destino tendré que volver a verlo y entonces no sé si vuelva a desarmarme y a entregarme a sus miradas para ponerme a llorar. No sé si pueda permanecer de pie o solo arrinconarme para morirme allí mismo. Juro que me temblaban las piernas, las manos... Había de nuevo mucho dolor.
Solo es que no quiero volver a sentirme vulnerable.