¿Por qué discuto tan a menudo con mi novio? ¿Significa que no somos compatibles? ¿Deberíamos cortar?

Mi novio y yo llevamos apenas 3 meses y medio saliendo, y no sé porqué tenemos problemas con bastante frecuencia. La verdad es que casi siempre es por tonterías, cosas sin importancia y que verdaderamente no tendrían por qué afectarnos tanto (a veces es por la política, otras por la música que a él le gusta, pero que a mi no mucho...). En fin, que en la última discusión que tuvimos (y que fue ayer mismo), acabó él diciendo que no somos compatibles... Lo cual me lleva a pensar que así no llegamos a nada... Pero los dos sabemos (porque nos lo hemos dicho) que queremos pasar el resto de nuestra vida juntos. Tal vez quede precipitado habérnoslo dicho, pero estamos muy seguros, y no necesitamos saber más que eso y que nos queremos. Yo no quiero darle verdadera importancia a lo que nos pasa, porque entiendo que todas sus parejas tienen sus más y son menos, y que en algún momento pasan por baches como éstos. Creo que es porque nos tomamos demasiado en serio cada problemilla. Él es muy reflexivo, y le gusta mucho pensar. En cambio yo, aunque pienso, la mayoría de las veces soy impulsiva, y no tengo cuidado con lo que digo, ni cómo se lo puede tomar él. La pregunta es... ¿por qué discutimos tan a menudo? ¿Verdaderamente somos incompatibles? Aun nos estamos conociendo, y me preocupo bastante por cada problema así que sale.

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Siento el retraso pero he estado fuera.
Creo que debéis plantearos cuáles son las cosas que os unen y por las que queréis pasar toda la vida juntos y cuáles son vuestras diferencias y ver cuáles tienen más peso, cuáles creéis que al final serán más importantes y vencerán a las otras, las que os unen o las que os hacen discutir.
Por lo que cuentas, entiendo que esto lo tenéis claro y sabéis que a pesar de esas diferencias, son más importantes las cuestiones que os unen, de manera que ya que, al menos ahora, no queréis cortar, sino que queréis seguir juntos, deberíais trabajar los aspectos "negativos" de dos formas:
- Asumir los aspectos de la manera de ser y pensar del otro, dando por hecho que siempre vais a ser así, por tanto, aceptaros restándole importancia en la medida de lo posible a esas cuestiones y entendiendo que forman parte de la otra persona.
- Lo segundo e igual y posiblemente hasta más importante es que cada uno ponga de su parte para minimizar los aspectos negativos de todo esto. Por ejemplo, cuando habléis de política y no estéis de acuerdo no os toméis el tema tan a la tremenda, intercambiad vuestras opiniones, pero sin alteraros (tenéis que esforzaros en ello) y aceptando que aunque a cada uno le parezca que lo que el otro dice es una barbaridad, que es otra opinión más, tan válida como la de uno mismo (y por supuesto sin entrar en descalificaciones, interrupciones, intentad mantener la calma y no levantar la voz, etc.) Al principio os costará más pero es cuestión de ponerse a ello y mejoraréis.
Por ponerte otro ejemplo, si tú eres muy impulsiva él debería asumir eso como te decía e intentar que no le afecte demasiado las cosas que dices sin cuidado, comprendiendo que no era tu intención hacerle daño con tus palabras ya que no sueles pensar la manera en que te expresas. Y tú por tu parte deberías esforzarte en tener cuidado en decirlo sin herir a nadie. Si hace falta que emplees más tiempo en decir una frase y que ésta sea más larga para no molestarle hazlo. La cuestión no es decir la frase como sea y pronto sino decirla de manera que exprese tu opinión pero teniendo en cuenta los sentimientos de tu pareja, ya que a ti, como a cualquier persona, tampoco te gusta que te digan cosas en ese tono.
Un tercer consejo que os quiero dar y también importante, es que nunca es tarde para rectificar, incluso pedir perdón y corregir lo dicho anteriormente.
Y para concluir, debéis entender que afortunadamente en el mundo no hay una sola forma de ser, pensar, entender las cosas. Las cosas no son blancas o negras. Hay tantos colores. No os toméis vuestros debates únicamente como una manera de convender al otro o ganar la discusión. Pararos a pensar en las cosas positivas de los planteamientos del otro. Eso os puede enseñar mucho a cada uno y enriqueceros mutuamente, aprendiendo el uno del otro puntos de vista que nunca se había planteado.

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