Indefensión ante silencio pese a mi interés de colaboración
Reitero una vez más algo que me ocurre entre conocidos de comunidad, vecindario y parte de la familia. Mi palabra, mi voto, vale menos que la de la mascota. Si hablo porque hablo y debe ser tomado en posible contradicción y si callo es porque otorgo. No sé si es ser como chivo expiatorio, el destino que me ha tocado vivir que hace que no suela encontrar respuestas a mi vida a no ser que sea en espera de respuesta que habitualmente no suele la más favorable para mi. Me planteo a menudo si el mundo, las situaciones de la vida han de ser justas, en ocasiones me siento dolido, decirlo es contrariedad, callarme es nutrirme de sufrimiento e inmovilización. Perdonen si he sido subjetivo, pero no tengo ni idea de cómo arreglármelas sólo.
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Respuesta de A.Belmonte Psicólogo Clínico
Respuesta de luis enrique
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