¿Cuál hubiese sido lo postura de la iglesia si además del Homo Sapiens existiese el Homo Neardentalensis?

Tengo la sensación de que al Judaísmo y al Cristianismo les ha resultado muy fácil diferenciar entre humanos y animales debido a que somos la única especie (Homo sapiens) dentro de todo el género (Homo). Mi impresión es que, de no haberse extinguido el hombre de nearthental (Homo neardentalensis), las religiones en general y la Iglesia Católica en particular habría tenido más dificultades para definir qué seres vivos son aquellos a los que se dirige la Biblia, y cuáles no. Digo esto porque los estudios etológicos que se vienen realizando durante las dos últimas décadas apuntan a que gran parte de los comportamientos y criterios de tipo moral que presentamos los humanos, se pueden observar también en simios (que no en monos), de forma que parece fácil inferir que tales sentimientos o parámetros morales fuesen anteriores filogenéticamente a la propia aparición de la especie humana. Así pues los conceptos de Bien y de Mal serían propios de los homínidos en general (quizá de más especies, pero al menos de estos seguro) y por lo tanto la Iglesia debería haber tenido en cuenta que lo que nos diferencia de éstos animales es, en muchos aspectos, cuantitativa, pero no cualitativa, y en consecuencia, no se debería haber diferenciado entre Hombres y demás criaturas, sino haber establecido unos lindes más sutiles, por decirlo de alguna forma, del tipo "escala de grises" en lugar del tipo "blanco o negro".
En sí, la preguntas serían:
- Cuál piensa usted que habría sido la postura de la Iglesia, en caso de que sobre este planeta, además de encontrarnos los Homo sapiens, ¿se encontrase una especie "inferior" como el Homo neardentalensis? Serian tratados como personas con alma y de pleno derecho, ¿a pesar de que quizá ni siquiera pudieran hablar?
- Cómo interpretaría la Iglesia el contacto con una especie racional, sensible, ¿pero de otro planeta?
- En base a lo que sugiero en el planteamiento de la pregunta, cabria reivindicar la naturaleza homínida de los primates, ¿y por tanto sus derechos?

2 Respuestas

Respuesta
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Permítame que le pida algunas clarificaciones a sus respuestas:
Pregunta:
1) ¿Y cómo sabríamos si la tienen o no, si el alma es algo de tipo metafísico, y por lo tanto sólo podemos atribuir, pero no detectar?
Luis:
Bueno, en realidad creo que todo se reduciría a comprobar si pueden, como especie, llevar una vida espiritual
Pregunta:
2) No creo que quepa hablar de los ángeles pues yo sugerí seres de otros planetas, y si bien éstos serían ciertamente extraterrestres, los ángeles aun pudiendo ser considerados extraterrestres, no serían de otros planetas. Pero de todas formas creo que usted me ha respondido más en un plano social o histórico, que religioso, que era lo que me interesaba: La postura que se pueda prever que tomaría la Iglesia ante el contacto con seres racionales de otros planetas, independientemente de si seríamos nosotros o ellos los más avanzados tecnológica o moralmente, y de si el contacto tuviese lugar en éste o en otro planeta.
Respuesta:
Bien, resulta muy difícil saber qué dirá la Iglesia en un asunto sobre el que no hay un solo pronunciamiento oficial en veinte siglos. Pero la doctrina católica reconoce la supremacía de Dios sobre todas las cosas, así que dichos seres entrarían dentro de esa condición de sujeción a Dios y, por supuesto, a Cristo. Ir más allá es especular sobre lo que puede ocurrir
PRegunta:
3) ¿Entonces es ése el criterio que separa a aquellos a los que se dirige la Biblia y a los que se nos puso a disposición la creación, de los que sólo son parte de la misma? De ser así, ¿Qué cláusula habría que añadir para que no fuesen considerados no humanos los, por ejemplo, algunos deficientes mentales?
Respuesta:
No, de ninguna manera. Los deficientes mentales son seres humanos. El hecho de que estén discapacitados en mayor o menor medida no les hace ser animales. La condición de humano no viene dada por el coeficiente intelectual. Y ni siquiera una incapacidad total cambia eso porque de lo contrario tendríamos que considerar que habría dejado de ser humana una persona que haya quedado en coma por algún tipo de accidente o enfermedad.
Le agradezco su respuesta. Permítame que le pida algunas clarificaciones a sus respuestas:
1) ¿Y cómo sabríamos si la tienen o no, si el alma es algo de tipo metafísico, y por lo tanto sólo podemos atribuir, pero no detectar?
2) No creo que quepa hablar de los ángeles pues yo sugerí seres de otros planetas, y si bien éstos serían ciertamente extraterrestres, los ángeles aun pudiendo ser considerados extraterrestres, no serían de otros planetas. Pero de todas formas creo que usted me ha respondido más en un plano social o histórico, que religioso, que era lo que me interesaba: La postura que se pueda prever que tomaría la Iglesia ante el contacto con seres racionales de otros planetas, independientemente de si seríamos nosotros o ellos los más avanzados tecnológica o moralmente, y de si el contacto tuviese lugar en éste o en otro planeta.
3) ¿Entonces es ése el criterio que separa a aquellos a los que se dirige la Biblia y a los que se nos puso a disposición la creación, de los que sólo son parte de la misma? De ser así, ¿Qué cláusula habría que añadir para que no fuesen considerados no humanos los, por ejemplo, algunos deficientes mentales?
Pregunta:
- Cuál piensa usted que habría sido la postura de la Iglesia, en caso de que sobre este planeta, además de encontrarnos los Homo sapiens, ¿se encontrase una especie "inferior" como el Homo neardentalensis? Serian tratados como personas con alma y de pleno derecho, ¿a pesar de que quizá ni siquiera pudieran hablar?
Respondo:
La clave creo que estaría en discernir si tienen alma y espíritu o no. En caso de ser seres espirituales, el reconocimiento sería evidente aunque no le puedo decir si al mismo nivel que el del ser humano
Pregunta:
- Cómo interpretaría la Iglesia el contacto con una especie racional, sensible, ¿pero de otro planeta?
Respuesta:
En cierta forma los ángeles son una "especie racional, sensible y... extraterrestre". Por otra parte, creo que cabría aplicar lo mismo que le comenté antes. Si esos seres tienen vida espiritual cabría plantearse qué estatus tendrían en relación con nosotros aunque si le digo la verdad, en caso de que se produzca ese contacto el problema no sería cuál es nuestra opinión sobre ellos sino más bien qué es lo que ellos crean de nosotros ya que evidentemente tendrían una superioridad técnica evidente.
Pregunta:
- En base a lo que sugiero en el planteamiento de la pregunta, cabria reivindicar la naturaleza homínida de los primates, ¿y por tanto sus derechos?
Luis:
No. Un primate, por muy avanzado que esté, no tiene capacidad de mantener una relación personal con la divinidad.
En cualquier caso, el catecismo de la Iglesia católica recuerda que los animales también tienen derechos y no deben ser maltratados sin sentido.
Respuesta
-1
Me parece que tu reflexión es irreal.
De todas formas aquí va un intento de breves respuestas:
>>>>>> Tengo la sensación de que al Judaísmo y al Cristianismo les ha resultado muy fácil diferenciar entre humanos y animales debido a que somos la única especie (Homo sapiens) dentro de todo el género (Homo).
No solo le ha resultado fácil al judaísmo y el cristianismo, sino también a los romanos, griegos, otomanos, americanos, babilónicos, egipcios, persas, australianos, y virtualmente a todo y a cada ser humano sobre la tierra...
No hay que hacer ningún extraordinario esfuerzo ni esperar alguna revelación divina para reconocer las diferencias entre los humanos y animales.
>>>>>>Cuál piensa usted que habría sido la postura de la Iglesia, en caso de que sobre este planeta, además de encontrarnos los Homo sapiens, ¿se encontrase una especie "inferior" como el Homo neardentalensis? Serian tratados como personas con alma y de pleno derecho, ¿a pesar de que quizá ni siquiera pudieran hablar?
¿Cuál habría sido la postura de la iglesia? No tengo la menor idea; primero porque la iglesia no existía en esos tiempos y no es en absoluto significativo plantearse «que hubiera hecho La Iglesia si...». En principio por que ni siquiera estamos seguros que los neanderthal sea del genero homo.
Y en segundo lugar por que la Iglesia se originó en una época totalmente distante y en una realidad histórica bien concreta; en la cual no existía ni neandethales, ni aferensis ni nada, solo humanos con diferencias cualitativa enormes en relación al resto de las especies (aunque algunos marketineros etólogos digan lo contrario); y en razón de esa realidad innegable, toda la humanidad (no solo la iglesia) reconoció las diferencias substanciales entre los animales y nosotros, y a consecuencia de ese escenario, se llegó a tal elemental distinción.
>>>>>>Cómo interpretaría la Iglesia el contacto con una especie racional, sensible, ¿pero de otro planeta?
Con estas preguntas hay que hacer volar la imaginación.
Suponiendo que nos encontramos con marcianos verdes de carácter racional ¿deberíamos suponer que estos seres merecen toda consideración como individuos auto-conscientes? Me parece que la respuesta es obvia.
>>>>>En base a lo que sugiero en el planteamiento de la pregunta, cabria reivindicar la naturaleza homínida de los primates, ¿y por tanto sus derechos?
Tu planteamiento es un poco ilusorio. ¿Reivindicar los derechos de seres inexistentes en la actualidad que ni siquiera sabemos con seguridad de que hayan sido humanos?.
Pero suponiendo que hayan sido humanos; son ellos mismos los que debieron tener conciencia, reivindicar y desarrollar sus derechos y no un pueblo del medio oriente o una iglesia que surgió millones de siglos después. Y quien sabe... tal vez esos «hombres» sí realizaron la distinción entre ellos y los animales.
Todas estas preguntas presentan la misma irrealidad si preguntásemos: ¿Qué hubiera pasado si Jesús por un inescrutable designio divino se encarnaba en Japón?. Esa pregunta no merece un análisis muy serio, porque cuando se hace teología (o se reflexiona con un poco de lógica) no se hace como una disciplina de lo posible o «de lo que hubiera podido suceder si...» no puede hacer otra cosa que partir de los datos positivos e históricos, e intentar comprenderlos.

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