Como saber quien mi angel protector

Hola
Miar tengo una duda de este tema
¿Se cada quien nace con un angel protector para que nos guía en lo largo de nuestra vida
como saber quien mi angel?
Si cada vez que intento buiscar quien es me salen nombres diferentes

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Estimada Shina, ante todo la paz y luz de CristoJesús el Señor, sea en su alma, así sea.
Me pregunta sobre ¿cómo saber quien es su ángel? Que cada vez que trata de buscar le salen nombres diferentes.
Bien, antes de responder a su pregunta permítame un breve comentario que nos puede servir de faro.
Vea usted, los Ángeles fueron creados por Dios, y la maravillosa e infinita dicha de un ángel es tener constantemente al Objeto de su amor (Dios) - para el que fue creado. Un ángel siente, si se nos permite esta expresión, siente un amor purísimo hacia su Creador y, por lo tanto, hacia las criaturas que Él hizo. Por eso, cada cual desde su nivel angélico, alaba a Dios y lo sirve en todo aquello que le es dado servirle.
Cuenta San Alfonso María Ligorio que los santos ángeles aman tanto al Señor que serían felices de vivir en el infierno si supieran que con ello Lo contentan. ¡Imagine, pues, la pureza y altura de su amor!
Ahora bien, No sé que método emplea para conocer el nombre de su ángel pero lo que le voy a decir se lo comento a fin que lo tenga en cuenta como regla general :
Mire usted, realmente uno debe de ser muy prudente y cauto en practicar cosas que no se conoce, por que hay peligro de desviarnos y de ir por caminos de sombras, engaños y toda clase de males.
Me explico : adquirir conocimiento sobre eventos en la vida de una persona, sobre algo o alguien que no están disponibles a través de medios naturales, ni recurriendo a Dios. Es malo y peligroso.
Dios no responde a lo que no nos toca saber. Por eso, los que acuden o practican esas cosas al margen de Dios, van a otras fuentes...
Pregunto, ¿a cuáles? ¿A quién? O ¿Quiénes acuden? ¿Qué poder espiritual pueda responder fuera de la voluntad divina?.
No pueden ser los ángeles buenos, ni los santos ya que estos jamás actúan fuera de la voluntad de Dios...
¿Entonces, quiénes hacen eso?
Eso solo lo hacen los demonios y son estos los que están detrás de las prácticas al margen de Dios. Por si no lo sabe, ellos se pueden disfrazar de ángeles de luz para confundir, engañar y apartar de Dios. Una de las muchas tácticas del demonio, es atraer haciendo pensar que ayuda y que no es contrario a nuestra fe.
Ahora en cuanto a su ángel custodio o ángel guardián, Se llama así, porque según el Salmo 90,11, él nos guarda en todos los caminos. La devoción al ángel guardián acrecienta nuestras posibilidades de crecer en la vida espiritual. Quien invoca a su ángel, es como si descubriera nuevos horizontes invisibles a simple vista. El ángel es como el interruptor de la luz, que, al ponerse en marcha (al invocarlo), hace que nuestra vida quede llena de luz divina. El ángel aumenta nuestra capacidad de amor y nos salva de muchos peligros y dificultades.
Pero ojo, un verdadero Ángel de Dios, siempre va procurar acercarle a Dios y Nunca jamás alejarle o desviarle de El en ningún aspecto.
Por eso, cuando hablemos con otras personas, pensemos en su ángel. Cuando estemos en la Iglesia, en un tren, avión, barco... o vayamos caminando por la calle, pensemos en los ángeles de los que nos rodean para sonreírles y saludarlos con cariño. Es hermoso sentir que todos los ángeles de quienes nos rodean, incluso si son personas malas, son nuestros amigos. Ellos también se sentirán felices de nuestra amistad y nos ayudarán más de lo que podemos imaginar. ¡Qué alegría sentir su sonrisa y amistad! Empieza desde hoy mismo a pensar en los ángeles de las personas que viven contigo y hazte amigo de ellos. Verás cuánta ayuda y alegría te dan.
Una vez una viejecita le dijo a Mons Jean Calvet, decano de las Facultad de Letras de la Universidad Católica de París:
Buenos días, señor cura y compañía.
¿Pero, si estoy yo solo?
Y el ángel de la guarda ¿dónde lo deja?
Una buena lección para muchos teólogos, que viven de libros y se olvidan de estas maravillosas realidades espirituales. El famoso sacerdote francés Jean Edouard Lamy (1853-1931) decía: "No rezamos lo suficiente a nuestro ángel custodio. Hay que invocarlo para todo y no olvidarnos de su presencia permanente. Él es nuestro mejor amigo, protector y aliado al servicio de Dios". Y dice que, durante la guerra, él debía atender a los heridos del frente de batalla y, a veces, era transportado de un lugar a otro por los ángeles para poder cumplir bien su misión. Algo así le sucedió a Felipe apóstol, que fue transportado por el ángel de Dios (Hech 8,39), y también al profeta Habacuc, quien fue llevado hasta Babilonia al foso de los leones, donde estaba Daniel (Dan 14,36).
Por eso, tú invoca a tu ángel y pídele ayuda. Cuando estés trabajando, estudiando o paseando, puedes pedirle que visite en tu nombre a Jesús sacramentado. Puedes decirle, como muchas religiosas: "Ángel santo de mi guarda, corre veloz al sagrario y saluda de mi parte a Jesús sacramentado". Pídele también que, por las noches, rece por ti o esté en adoración, haciendo guardia en tu nombre a Jesús sacramentado, en el sagrario más cercano. O que encargue a otro ángel, de los que están permanentemente ante Jesús Eucaristía, que lo adore en tu nombre. ¿Te imaginas las gracias tan inmensas que podrías recibir si hubiera permanentemente un ángel que, en tu nombre, adorara a Jesús sacramentado? Pídele esta gracia a Jesús.
Si vas de viaje, encomiéndate a los ángeles de los pasajeros que van contigo; al de las Iglesias y ciudades por donde pases, y también al ángel del chófer para que no ocurra ningún accidente. Lo mismo podemos decir de los tripulantes del barco, tren, avión...
Invoca y saluda a los ángeles de las personas que hablan contigo o se cruzan contigo por la calle. Envía tu ángel a visitar y saludar de tu parte a los familiares lejanos, incluso, a los que están en el purgatorio, para que Dios los bendiga.
Si debes sufrir una operación quirúrgica, invoca al ángel del cirujano, de las enfermeras y de las personas que te van a cuidar. Invoca en tu casa al ángel de tu familia, de tus padres, hermanos y del personal de la casa o de tu trabajo. Si están lejos y enfermos, envíales a tu ángel para que los consuele.
En caso de peligros, por ejemplo, de sismos, terroristas, delincuentes, etc., envía a tu ángel para que proteja a tus familiares y amigos. Cuando tengas que tratar un asunto importante con otra persona, invoca a su ángel para que prepare su corazón favorablemente. Si quieres que se convierta un pecador de tu familia, reza mucho, pero también invoca a su ángel. Si eres profesor, invoca a los ángeles de tus alumnos para que puedan estar tranquilos y aprender la lección. Los sacerdotes también deben invocar a los ángeles de sus feligreses, que asisten a la misa, para que puedan entender mejor y aprovechar las bendiciones de Dios. Y no te olvides del ángel de tu parroquia, de tu ciudad y de tu país. ¡Cuántas veces nos habrá salvado nuestro ángel de graves peligros del cuerpo o del alma sin habernos dado cuenta!
Con frecuencia, a lo largo del día, reza la oración: Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día... Es una experiencia muy positiva. Te recomiendo que todas las noches, antes de acostarte, pidas que te dé su bendición con Jesús y que rece toda la noche por ti. Verás los efectos positivos de tener un gran amigo a tu lado que reza por ti y te da su bendición.
También es bueno que ofrezcas algunas misas a tu ángel y a cada uno de los coros de los ángeles. Cuando comulgues, dile que, junto con María, prepare tu alma para recibir dignamente a Jesús.
No lo ofendas con tu mal comportamiento, piensa que nunca estás solo. Él está contigo. Por eso, como dice San Bernardo: "Ten gran respeto a tu ángel. ¿Te atreverías a hacer en su presencia lo que no te atreverías a hacer en la mía?".
Ahora Respecto al nombre del ángel custodio, más que buscar su nombre, si deseas mejor ponle un nombre. No hay nada de malo en ello. Siempre debes recordar que es un ser perfecto que le ama a usted en el Señor, que desea su mayor bien, es decir, su salvación, y que estará incondicionalmente a su lado hasta el fin de sus días en la tierra, cuando se decidirá, por fin, su destino eterno en base a la vida que haya llevado.
Es interesante ponerle un nombre para poder llamarlo con más confianza. El nombre puede ser de hombre o de mujer, de virtudes o de cosas buenas: Celeste, Alegría, Esperanza, Miguel, Juan, Rosa, Flor, Benigno, Amable, Fiel, Amor, Tesoro, Lucero, Paloma, Sonrisa... no sé vea usted.
Recuerda que tu ángel está deseoso de ser tu amigo. Si de verdad lo amas, él te enseñará a amar a Jesús y a María y crecerás muy rápido por los caminos del Señor. Entonces, podrás decirle con sinceridad: "Tú eres mi compañero, mi amigo y confidente, a quien me une una dulce intimidad" (Sal 54,14).
Hasta aquí espero haber respondido a tu inquietud.
Saludos en los corazones de Jesús y María.
ASJ

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