Me han diagnosticado TOC y mi obsesión consiste en no parar de pensar que puedo quedarme embarazada.

Por supuesto que no tienes que tomar ninguna pastilla, menos de estas que mencionas, ni hacer nada que consideres, al menos en el fondo, irracional o inmotivado; sobre todo cuando eso que piensas hacer es malo en sí mismo, como luego te digo.
Piensa que la naturaleza es sabia y no permite que una persona se quede embarazada así como así . En este sentido, los espermatozoides, por ejemplo, tienen una vida determinada en condiciones óptimas (que pudiera ser en mujeres a mitad del ciclo, con unas condiciones óptimas de su flujo cervical), de unos 4, 5 días, pero mueren más rápido al margen de estas condiciones (tanto fuera del cuerpo sin medida adicional alguna, como en mujeres que no estén a mitad del ciclo), y más todavía si pasan por la lavadora; además de esto, también la naturaleza cuenta con una determinada manera en la que podría producirse una concepción, que no se da por ponerse una prenda de ropa. Piensa además que si tu ropa estaba húmeda es porque estaba sin secar, no por otro motivo.
Lo que te aconsejo es que te muevas siempre en el terreno de lo razonable y no te dejes llevar por lo irrazonable, ya que, si no, tus dudas no sólo no se acallarán, sino que crecerán. Si das rienda suelta a tus dudas, y pretendes confirmarlas con algo irracional, estas dudas irracionales se hacen más fuertes; la solución está en resistir y no ceder ante comprobaciones o confirmaciones obsesivas, aunque esto, en principio, te ocasione una mayor angustia. Piensa incluso que qué pasaría si te quedases embarazada sin hacer algo al respecto, ¿te morirías, acaso? ; Y aunque así fuese de forma literal, ¿Qué podrías hacer ante algo que no depende de ti, y ante lo que no podrías hacer nada razonable, ni bueno en sí mismo, para evitarlo?
Es importante no tener tanto miedo a lo que pueda ocurrir desde fuera, o incluso con respecto a posibles resultados de tus acciones al margen de lo que tú hubieras hecho (de la bondad o malicia de tu acción en sí misma) y, con ello, no intentar controlar todo lo que sucede desde fuera; para ello, es importante no vivir para los intereses de uno, sino que vivir con una visión más generosa en la vida.
Piensa que el objetivo óptimo en la vida no consiste en controlar lo que sucede a uno, o controlar ciertas circunstancias tanto personales o ambientales, que ya no están bajo un control directo de uno, sino que a uno sólo corresponde el mejorar al máximo lo que sí depende de uno, que sería lo que estaría en relación con lo que uno puede hacer de bueno con lo que tiene, ante la vida, y ante lo que le surge.
Ante las situaciones, uno tiene que tener una prudencia dentro de lo normal; ni poca ni mucha, dado que si es poca, es posible que el comportamiento propio sea imprudente, es decir, equivocado, y si es mucha, piensa que esta supuesta "prudencia", lejos de tener efectos beneficiosos, ya pasa a tener efectos perjudiciales, ya de entrada (lo que marcará el punto justo ante un asunto determinado será el orden en la jerarquía de objetivos). Lo que te permitirá ordenar todo esto, y poner todo en su sitio, y también ordenar un posible perfeccionismo, es poner a todo esto un objetivo amplio y generoso; es decir, que así como sería más difícil el superar un cierto perfeccionismo si uno sólo vive para sí mismo, esto se facilitaría si uno dirige su vida hacia hacer todo el bien que puede, con lo cual cuenta con todos los pros y contras de sus acciones (y más fácilmente verá los contras de una determinada comprobación obsesiva, encaminada más bien a intentar satisfacer vanamente y erróneamente los propios intereses emocionales, o el ego o la exigencia personal, como te digo en una línea equivocada, no encaminada realmente a hacer todo el bien que uno puede en la vida). Es posible que uno se equivoque, efectivamente, pero está claro que no lo va a evitar, sino al contrario, con determinadas comprobaciones obsesivas (en las que entre otras cosas, dejará de hacer muchas otras cosas buenas); por supuesto que el que uno pueda equivocarse no está para darse uno permiso para hacerlo sin más, sino que, una vez que uno ya ha actuado, se tratará de aprender de forma razonable, organizarse mejor, etc. (si uno se ha equivocado tendrá que aprender, arrepentirse, pedir perdón, y rectificar si fuera el caso, pero no intentar lo irrazonable, es decir, intentar lo imposible como por ejemplo pretender que tal equivocación no hubiera ocurrido, sin aceptar las consecuencias de los propios actos, o bien decidir, por lo anterior, en vez de aprender y decidir actuar mejor, pues decidir un mal mayor, por no aceptar las consecuencias de los propios actos, y querer controlar unos ciertos resultados, sólo mirando el asunto desde los intereses de uno) . Tienes que pensar que si tú tienes la mejor de las intenciones, procurando depurara cada vez más, y pones los medios razonables, estás aportando el mayor bien posible; por supuesto, que con conductas siempre correctas en sí mismas.
Lo que uno tiene que mejorar cada día más, con este objetivo generoso que te digo, es la propia conducta; cuanto mejor dirigida esté ésta, menos miedo uno tendrá a los resultados que ya no dependen de uno; por el contrario, si uno actúa mal o interesadamente, ya temblará ante los resultados (no tendrá la confianza de haber actuado de la mejor manera posible, y lo que esto significa); date cuenta de que la eficacia de una acción no se mide por sus resultados, sino por su intención, por supuesto que depurada (en este sentido, te dejo abajo un blog sobre actitudes saludables, el cual te recomiendo); los resultados visibles con los sentidos no son los únicos resultados, ni los más importantes, derivados de una acción.
Te añado las siguientes recomendaciones en cuanto al perfeccionismo, que considero aplicables a lo que me comentas:
-La auténtica perfección, dentro de lo humanamente posible, a la que uno puede aspirar, es interior, no meramente exterior. Hay que intentar ser perfecto en el amor, lo cual lima un mero perfeccionismo exterior, o de querer controlar resultados, más allá de lo razonable, o de forma desordenada, es decir, con una conducta no dirigida al objetivo mayor, más generoso.
-Hacer lo que uno puede, con respecto a un asunto, y acostumbrarse a soltar (no intentar controlar) lo demás, lo que ya no corresponde a uno, ni depende de la voluntad de uno. Guiarse por poner uno los medios razonable, no por resultados, en los cuales uno ya no manda. Posteriormente ver los resultados, si es necesario para nuestra próxima actuación, pero verlos igualmente desde la generosidad (e incluso aprendiendo todo lo posible, pero también desde esa perspectiva).
-Pensar objetivamente en las consecuencias de llevar a cabo, o no, un determinado ritual obsesivo. ¿Qué pasaría si efectivamente uno no hubiera colocado perfectamente una cosa?, y por otro lado, las consecuencias de repasar una y otra vez el orden; todo esto al tiempo en el que uno piensa en las consecuencias de lo que deja de hacer por dedicar las energías y el tiempo a estos asuntos.
-El objetivo más generoso irá haciendo madurar la personalidad y ayudará de la mejor manera a eliminar ciertos rasgos maladaptativos.
-No sentirse responsable, más allá de aquello en lo que uno pudiera directamente intervenir, de los resultados, ni temerlos, para lo cual nos ayudará el generoso, y no el egoísta, objetivo en la vida.
-Muy importante es tener clara la jerarquía de objetivos por los que uno se guía en la vida, lo cual facilitará que uno pueda pasar por alto ciertas incomodidades (o contrariedades, o incluso riesgos de contagio, de contaminación, de daño a la salud, ciertas incertidumbres); si uno está pensando en hacer un bien mayor que el mal que piensa que en todo caso evitaría con su desencaminado o desordenado perfeccionismo, tendería a ser capaz de pasar eso por alto; por supuesto que nunca creer en el beneficio de actuar mal adrede, o con una actuación mala en sí misma, pero sí saber los pros y los contras de gastar la energía en una determinada materia (además de que, por supuesto, la comprobación obsesiva, tampoco mejora en sí misma la actuación, sino al contrario, y todo tiene una medida razonable que, como te digo, la marca el tener claro la jerarquía de objetivos. Ej. Si uno se pasa el día decidiendo si se pone el jersey azul o verde, aunque "acierte" en un supuesto sentido, en realidad, en conjunto desacierta ya que ha perdido el día; por supuesto, que todo esto, dentro de la actuación correcta en sí misma; y la jerarquía de objetivos también hará acertar de acuerdo a la importancia de la materia de la que se trate).
-No hacer nada de lo que uno reconozca como ritual (con el fin de aliviar la angustia), ya que el hacer un ritual, es dejarse llevar por ellos, con lo cual éstos se multiplicarían.
En el caso que me comentas, además creo que puedes tenerlo muy claro, dado que se trata de preocupación por consecuencias por lo que ya ha ocurrido, con lo cual ya no podrías retroceder en el tiempo. La píldora del día siguiente, además, en el caso de que exista una concepción, puede producir efecto abortivo, es decir que uno de sus mecanismos de acción es impedir la implantación en el útero del embrión, si la concepción se hubiera producido. Aquí te digo que lo tendrías claro, ya que yo te recomendaría nunca hacer nada malo en sí mismo, como esto, para controlar ciertos resultados que crees que te interesan, ya que el mal comportamiento en realidad nunca te interesa en lo fundamental, y siempre es dañino para todos.
Puedes aprender del hecho, por ejemplo, a organizarte un poco mejor en el sentido de no tener que recurrir a ponerte ropa húmeda.
Más que preocuparte por resultados que no dependen de ti, yo te diría que sí te ocupases en que tu comportamiento fuese el mejor posible, con este objetivo generoso que te digo, el cual pondrá muchas cosas en su sitio; y, por supuesto, que descartes algo malo en sí mismo, como el tomar pastillas como las que mencionas. De lo que te tienes que ocupar es de no tener relaciones fuera de un matrimonio, sino que fomentar el amor de verdad a las personas (es decir buscar su bien, no el propio interés) y ya vivir tranquila al respecto. Si uno actúa de la mejor forma que puede (con la mejor intención que te digo), puede saber que no va a cometer graves equivocaciones, ya que ambas cosas no son compatibles. Y se trataría de hacer el mayor bien que uno puede con las cualidades y limitaciones que uno tiene. Yo te diría que ya no des más vueltas inútiles al asunto (incluso hayas hecho lo que hayas hecho); en todo caso, aprende con respecto a tu comportamiento (por ejemplo si hubieras tomado pastillas, también lo de una cierta organización de la ropa); esto por un lado, y, por otro, dedícate a hacer el bien que puedes (por supuesto que no el bien que no puedes), que eso sí depende de ti.

El toc son miedos irracionales que más bien están en tu cabeza y no en la realidad. La forma de abordarlos, además de con tratamiento psiquiátrico y desde luego también psicológico, es luchando contra eso miedos a base de pruebas de realidad e intentando a toda costa no caer nunca en ese miedo y realizar actos (como tomar la píldora del día después) a consecuencia de ese miedo que no es real.
Lo que planteas no va a suceder nunca, un embarazo sólo se puede producir por penetración sin protección o fecundación artificial, pero no se puede dar por nada de lo que planteas, ni porque en la ropa labada hubiese nada, ni porque te sientes en un baño donde se ha sentado un hombre, ni porque unos siquiera los calzoncillos de un chico, ni porque te bañes en el mismo agua que un hombre... ni nada de eso. Primero que los hombres no están produciendo esperma todo el día y repartiéndolo por ahí, sólo se expulsa en el acto sexual o en emanaciones nocturnas, pero además que si hubiese algún resto de esperma en alguna prenda, ese esperma está muerto ya que no son las condiciones para que los espermatozoides sobrevivan ni nada por el estilo.
Son obsesiones como tú bien dices y las obsesiones no son reales, tienes que combatirlas con este tipo de argumentos.