COMO puedo ganarle a la mente

Hola buenas tardes, espero estés bien y me puedas ayudar. Te cuento que hace dos años sufrí un ACV isquémico transitorio, el cual me dejo problemas motrices en la mano derecha(destreza fina). Luego me encontraron desgaste y rectificación de la lordosis cervical. Hay momentos que me dan sensaciones extrañas, ganas de huir, desesperación, pensamientos de muerte y mucho nervio hasta el punto que se me sube la presión arterial y el ritmo cardíaco, solo lo puedo controlar colocando bajo mi lengua una rivotril o diazepam y saliendo a caminar. Al cabo de un rato se me normaliza todo. He probado leyendo libros, haciendo ejercicios de respiración, buscando paz espiritual y otras técnicas pero ya llevo 2 años así. Quisiera volver a ser como antes sin miedo ni preocupaciones y no ser tan dependientes de los medicamentos; tengo 31 años y no puedo realizar las actividades que yo hacia. Si puedes ayudarme te lo agradeceré por siempre...

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Le ganarás si no intentas controlar lo que no está bajo tu control directo.
Hola, buenas tardes. Con respecto a lo que dices:
Primero: no se trata de volver a cómo estabas sino a mejor; ya que como estabas en parte te llevó a tu estado actual, al menos en lo que respecta a tu adaptación a las secuelas de tu ACV.
Por lo que veo, te has quedado intelectualmente bien, y estas secuelas suponen en ti unos cambios importantes; en definitiva, es una prueba, de las tantas que trae la vida.
Es posible que algunas de los síntomas psíquicos que describes puedan estar motivados, o favorecidos por el daño orgánico en sí, pero veo que hay un componente psíquico, de, al menos, gran influencia. En cualquier caso, independientemente del origen: el tratamiento es el mismo, ya que puedes intervenir sobre el factor psicológico, el cual te va a venir para prevenir estos síntomas y para tu vida en general, y, con respecto a una posible influencia orgánica, se trataría fundamentalmente el tratamiento de la posible existencia de factores que hayan favorecido el ACV (hipertensión, etc.).
Con respecto al factor psíquico refieres que has puesto en práctica varias técnicas físicas para eliminar tensión; hablas de búsqueda de paz espiritual, pero no concretas qué has hecho en concreto.
Creo que es fundamental evitar acumular tensión: lo que equivaldría a cerrar un grifo, no sólo dejar que siga corriendo el agua (la tensión) e intentar poner remedio desde la superficie, desde el último síntoma en sí mismo, y no, como sería deseable siempre, desde la causa, fundamentalmente (a veces con tratar la causa es suficiente; en cualquier caso, en este caso, creo que es fundamental empezar por ahí). Tratar la causa, fundamentalmente, no el síntoma.
Y dentro del tratamiento de las causas, considero que es fundamental mejorar las actitudes de vida. Abajo te dejo una dirección web también.
Refieres: "Quisiera volver a ser como antes sin miedo ni preocupaciones ...", y también: "... no puedo realizar las actividades que yo hacia. ".
Muy importante: -Si quieres mejorar tienes que partir de tu situación actual; entre otras cosas: dar marcha atrás no se puede, incluso aunque uno haya sido culpable, en alguna medida, de su situación actual.
-No se trata de volver a ninguna situación anterior, o a vivir una vida que no tienes, sino que se trata de vivir de la mejor manera, y ahora vamos a ver cómo, la que tienes.
-Para ello es muy importante que el rumbo, el objetivo en la vida, sea el acertado. Y no es un objetivo acertado, vivir para uno mismo, o para los intereses de uno (incluyendo los de las personas cercanas a uno).
-Por el contrario, la clave va a estar en tener un objetivo generoso en la vida (tan generoso que abarque como objetivo última a la humanidad entera; no te estorba este amplio objetivo, te lo aseguro). Con respecto a una situación concreta, buena intención hacia todos (sin excluir a nadie, incluido el que más rabia te pudiera dar), y buscando, como último objetivo, el bien real de todos; completando esto con descartar las conductas que están mal en sí mismas. Si tu objetivo es tan generoso, abarcando a todas las personas implicadas, eso aumenta la profundidad del bien hacia el que te encaminas (no te quedas en la superficie) y te hace salir de tus particulares intereses, ya que te cuesta más buscar el bien real de las personas, que el mero bien superficial (el cual siempre estaría en relación con tus propios intereses de reconocimiento y demás). En la persona existe como una balanza en la que por una lado está la esencia de la persona la cual tiene capacidad para el amor generoso, por el que se antepone el deseo del bien del otro, a los intereses propios, y, por otro lado, están los intereses particulares (y en concreto, las grandes tentaciones del ser humano: placer, poder y tener, en sus múltiples variedades, y para uno y su propia familia). Dependiendo de que uno se decante por un lado u otro, aprovechará o no la vida. Si elige el amor generoso, sin duda tendrá que renunciar a intereses, pero ganará; si uno se decanta por sus intereses particulares, conseguirá quizá cosas, pero perderá, ya que no crece como persona, no gana en el fondo, en la esencia.
-Uno tiene que saber que el ser humano nace limitado, y vive y muere con limitaciones. No es cierto, en absoluto, que uno pueda todo, ni siquiera lo que se proponga (otra cosa es que si se esfuerza pueda hacer más de lo que cree en algo en concreto). Uno no lo puede todo ni con respecto a sus circunstancias, ni con respecto a sí mismo (nace con una determinada constitución y en unas circunstancias que no elige; a lo largo de la vida algunas circunstancias le surgen sin intervención propia, y otras con la propia intervención). Y en este sentido, lo que dices de :
"Quisiera volver a ser como antes sin miedo ni preocupaciones ...", y también: "... no puedo realizar las actividades que yo hacia. ". Olvídate de estos objetivos COMO ALGO IMPRESCINDIBLE y, en cualquier caso, te recomendaría no empezar por algo que no depende directamente de ti (aunque luego veremos que sí puedes influir, pero por la vía indirecta, la cual ya sí depende de tu voluntad). En cualquier caso, como antes te decía, cualquier objetivo lícito, como podría ser estar tranquilo, o hacer determinadas cosas, tiene que estar englobado dentro de un objetivo mayor, el objetivo generoso y amplio, que antes te decía. Este objetivo último generoso y amplio que abarca a toda la humanidad, ordena cualquier objetivo concreto; ya que no se trata de conseguir algo como sea, ya que el objetivo último, hacia el que tendría que estar supeditado cualquier objetivo concreto, es mayor, y, de esta forma, evitamos perdernos en la tentación de querer resultados u objetivos como sea, que estén sirviendo a intereses personales prioritariamente, y no a un objetivo generoso.
-Que uno nazca limitado y que no esté llamado a poderlo todo, no quiere decir que no pueda nada. ¿Y qué es lo que puede siempre el ser humano? La respuesta es que uno, hasta que se muera, siempre puede hacer el mayor bien que pueda con lo que tiene (con el objetivo abarcando a toda la humanidad y el bien en profundidad o real, que antes te comentaba). Y es aquí en donde creo que te tienes que realmente esforzar, en tratar de hacer con lo que tienes a día de hoy (de todas tus cualidades, limitaciones, circunstancias, conocimientos y experiencias) todo el bien que puedas por la humanidad, tratando de SOLTAR el querer controlar cualquier cosa que no vaya en esta línea, y cualquier cosa que no dependa directamente de ti (como la ansiedad que referías o el conseguir ciertas cosas). No quiere decir que no los tengas como objetivos intermedios, pero no haciendo depender tu vida de su consecución, sino que puedes seguir con ellos si crees que están en la línea del bien mayor, buscándolos dentro de lo razonable, no de forma irrazonable, es decir, desordenada y por encima del bien último mayor.
-En resumen, yo creo que existen limitaciones, pero lo que realmente limita la vida de la persona es el propio egoísmo, es decir, vivir para uno mismo y los cercanos a uno, como último objetivo. Las limitaciones humanas enseñan muchas cosas y con ellas se puede hacer mucho bien si uno se plantea en la vida un objetivo generoso.
Yo te animaría a hacer esto. Procura SOLTAR con respecto siquiera a querer estar tranquilo, y comienza a caminar con el objetivo generoso desde donde estás y como estés. Si te levantas o te pones nervioso, desde ahí. Eso no quiere decir que trates, lo que antes te decía, dentro de lo razonable de tratar un síntoma, pero no consideres nada imprescindible para aprovechar la vida. Si desde donde estás, aún no encontrándote bien, te planteas ya una dirección generosa, esto te acercará sin duda a tu mejoría dentro de lo posible. Si, por el contrario, te dedicases a mejorarte a ti mismo sin un objetivo mayor, no lo conseguirías del todo, y estarías obsesionándote por ciertos resultados que quizá puedas o no conseguir, pero que no son imprescindibles, ni siquiera para tu felicidad, aunque te lo parezcan en principio.
Cuando te pongas nervioso, y hagas relajación, piensa que todo está como está, y eso es así, y tienes que pensar qué puedes hacer desde ahí, sin necesidad imperiosa de cambio alguno. Cuando hagas lo que tienes que hacer con intención generosa, ya no necesitarás de resultados visibles, porque sabrás que haces lo que puedes, y eso siempre es útil para todos. Me refiero a que todo esto lo tengas en el plano intelectual (el plano emocional ya no depende de la voluntariedad, aunque en algún grado, la va acompañando); sería mucho pedir que en el plano emocional te diera en un principio estar de una forma u otra; pero si lo ves conscientemente de otra forma, con otra dirección, sin duda te alivia. Yo te diría que en este sentido tampoco te agobies: confórmate con hacer lo que puedas también en esto.
Por cierto, he empezado a leer un libro de Jorge Bucay, el Camino de las Lágrimas, que me ha parecido que está bien, que trata sobre duelos en la vida, que quizá también podría aportarte algo.
Espero que hayas entendido lo que he querido decirte. Por supuesto que esto no es incompatible con el tratamiento farmacológico puntual que me refieres, o el que en su día podrían ponerte, pero yo no empezaría ni me centraría en principio en eso, ya que quizá puedas no necesitarlo con lo que te digo.
Un saludo cordial. Como te dije te dejo una dirección de una página web.
Ana Vázquez
[email protected]
www.actitudessaludables.com
Gracias señorita Ana, Dios la bendicirà a usted y su familia por el bien que hace por los demàs; en verdad me hizo reflexionar y se que he sido muy egoísta por pensar solo en mì, desde ahora veré las cosas con los ojos de la esperanza y no de las circunstancias.
Le agradezco de todo corazón su ayuda que tanto me hacia falta, alguien que me diera herramientas para sanar mi vida; cuente con un amigo en Venezuela, nunca olvidare lo que hizo por mì.
Estoy seguro que algún día aquí en la Tierra o en el Reino de Dios nos conoceremos.
Atentamente: Rodrigo

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