Ayuda con problemas de pareja relacionados con el estrés en el trabajo

Hola, tengo un gran problema que no logro comprender.
Estuve de novio durante casi cuatro años, y un año de conocernos antes de estar en pareja. Yo ahora tengo 32, ella 27. Nuestra relación fue maravillosa, con proyectos de casamiento, hijos, familia, casa, etc. Ella arrastra varios traumas, su relación con su padre es pésima, lo odia porque siempre fue un tipo parco, sin delicadeza, siempre la maltrató psicológicamente con su forma de tratarla, denigrándola, sin reconocerle sus cosas buenas, siempre con algo para criticarle. Fue testigo de como forzaba a la madre a tener sexo, y cuando comenzó a desarrollarse, tuvo con su hermano algunas situaciones típicas de esa edad, relacionadas con el cuerpo, las partes íntimas, tocarse, etc. Los padres de mi ex están separados, y el padre se llevó todas las cosas de la casa, se casó con otra mujer, y mi ex, con su madre y sus dos hermanos terminaron viviendo de manera precaria en una casita donde no tienen ni un cuarto para cada uno. Estas cosas la traumaron bastante.
Siempre fue una chica muy sensible, siempre le interesó ayudar a los demás, siempre fue muy desprendida de las cosas materiales y la banalidad, nunca le gustó lo superfluo y el libertinaje, y por lo general le da demasiada importancia a las cosas, cosas que para el resto de la gente son nimiedades. Ha tenido alucinaciones visuales alguna que otra vez, y ha tenido que enfrentar perdidas familiares muy pero muy jodidas. Cuando la conocí estaba muy deprimida, y hacía cosas bastante reprochables, salía todos los fines de semana y se emborrachaba hasta no poder más, se olvidaba de ella, no le importaba nada, todo esto para huir del dolor y de la realidad que le tocaba vivir, la cual no soportaba, comportándose como otra persona totalmente contraria a lo que ella es. Un par de veces intentó o quiso quitarse la vida. A la gente que la hería o le hacía mal en algún momento, cualquiera fuera el motivo, nimio o importante, las tachaba, les huía, y se olvidaba por completo de ellos; así perdió amistades de toda la vida, prácticamente hermanos y hermanas que amaba con todo el corazón.
Yo como pude, durante el tiempo que empezamos a conocernos y ya cuando comenzamos la relación, la ayudé, acompañándola, hablándole, dándole apoyo, y poco a poco pudo confiar y abrirse por completo a ser feliz y entregarse a la relación. En materia sexual, tuve que poner mucho empeño, su experiencia era muy pobre, por citar ejemplos, nunca le habían practicado sexo oral, ni ella a nadie, ni tampoco lo había hecho en una de las posiciones más tradicionales, la del "perrito". Como dije, poco a poco pude ir ayudándola a que se deshinibiera, pero nunca he podido del todo, porque siempre había algún que otro pudor. Por ejemplo, nunca tomaba ella la iniciativa, le daba vergüenza hacerlo, o al practicarme sexo oral también se sentía avergonzada, o nunca quiso probar semen o que eyaculara en su boca, cosas así. Igualmente llevábamos una vida sexual más que buena, y una relación de pareja maravillosa, muy buena comunicación, mucha entrega y dedicación a crecer, mucho apoyo mutuo y proyectos. Convivimos dos años y medio en mi casa.
Que pasó entonces. Por razones de trabajo pasé por un período de stress y mucha presión que me sacó de mi centro y me desestabilicé por completo. Tenía que trabajar hasta las 10 de la noche. En mi casa había que lidiar con todo lo que eso conlleva, impuestos, limpiar, cocinar, bla bla, y para colmo de males tener que soportar a mi tío alcohólico y sus episodios de violencia verbal, y a veces física, y mi madre, quien convivía con nosotros y se ocupaba de mi tío, estuvo fuera de casa todos esos meses cuidando a su prima enferma de cáncer en el sur. Todo esto me puso muy mal y lleno de bronca e ira, y lamentablemente comencé a exteriorizarla de mala manera. Discusiones, berrinches, ganas de no hacer nada, no querer salir, querer quedarme tirado en la cama y dormir, responder mal, decir cosas fuera de lugar, etc. Mi ex por suerte consiguió un trabajo estable y bueno, y comenzó a hacer terapia. Vino con un papel de la psicóloga para llevar a la obra social para que le autorizaran todo el mes siguiente con sesiones de psicoterapia, y en donde decía "diagnóstico presuntivo", la psicóloga puso "neurosis". Mi forma de ser en ese entonces comenzó a mellar la relación, yo traté de explicarle montones de veces que me entendiera, que no tenía nada en contra de ella, que me aguantara un poco más porque así no podía estar ni tampoco salir adelante ya que estaba lleno de obligaciones, que en un mes ya todo cambiaría porque nos íbamos a ir a vivir los dos solos a un departamento, que era cuestión de un tiempo más y ya volvería todo a la normalidad, con los tiempos equilibrados, los dos tranquilos, y yo empezaría terapia y si era necesario haríamos terapia de pareja.
Ella comenzó a compararme con su padre, diciendo que yo era igual que él, que hablaba igual, que pensaba igual, a cada rato siempre algún detalle del padre, y la madre diciéndole que ella con el padre se sentía de la misma manera que mi ex se sentía conmigo cuando había algún problema, siempre tuvo complejos con su cuerpo y se obsesionó conque yo pensaba que era gorda y que no me sentía atraído por ella, que yo pensaba que era una frígida porque no se desempeñaba en la cama como a mi me gustaba, cosas así. Esta etapa duró cuatro meses, más o menos.
La cuestión es que llegado el momento del cambio y de que volviera todo a la normalidad, ella ya no confiaba más en mí y había perdido la ilusión. Dos meses antes de separarnos ella se fue a su casa, y comenzamos a vernos tres o cuatro veces a la semana, hasta que todo empezó a enfriarse. Íbamos a comenzar a pagar el departamento para los dos, y me dijo que quería que yo no pagara nada, que quería que el departamento fuera solo de ella, así si alguna vez nos separábamos nadie le iba a poder quitar lo que es suyo. Y poco a poco más fría y distante, más desinteresada, y ya no me demostraba el más mínimo interés en tratar de recomponer la relación, que ya se había desilusionado y se había cansado, y quería que luchara yo por salir adelante. Por supuesto, esto no era asunto de uno solo, la cosa es de a dos, y ahí nos dimos "un tiempo" separados, para pensar. Tiempo del que no surgió nada más que su indiferencia y total desinterés, y todo quedó en la nada, porque ya no quería saber más nada conmigo. Ni vernos, ni hablar, ya todo se había terminado para ella.
Yo seguí mi vida y pude salir adelante haciendo terapia, y por suerte estoy entero y feliz. Ya han pasado tres meses que nos separamos. Por medio de intermediarios me fui enterando que me tiene un rencor enorme, que prácticamente me odia, que lo único que hace es criticarme y ensañarse en lo mal que la traté, que yo ya no existo más para ella, que ella ama a la persona que fui antes, que ella quiere a ese que fui antes, que quizás yo siempre fui...

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Cualquier persona puede comportarse de formas diferentes en diferentes situaciones, en el plano superficial; no en el plano más profundo, en donde hay más uniformidad, excepto que uno realmente cambie, lo cual no parece ser el caso que comentas.
Yo te diría que no os habéis ayudado; las relaciones prematrimoniales en una relación de noviazgo no son saludables, y desvían la relación, desde la deseable generosidad con la otra persona (búsqueda del bien de la otra persona), al egoísmo o conducta guiada, como último objetivo, por los intereses personales. La ayuda en este caso, es nula y perjudicial, como, además, en este caso, has podido comprobar, ya que ni tú mejoraste, ni la pudiste mejorar a ella.
Yo te diría que ahora, más que explicarte por qué ella hace lo que hace, porque las motivaciones siempre son muy complejas (y su conocimiento tampoco debe ser el último objetivo), te preguntes si puedes hacer algo por ella, si te sientes llamado a ello. Si realmente te importa ella como persona, su bien, no sólo el que ella esté contigo, sino si te importa ella como persona, puedes pensar en si le puedes hacer el bien; y se me ocurre que podrías reconocer tus errores (tú actuaste quizá como pensaste superficialmente que era mejor; al hacerle daño, también te lo hacías a ti). Si realmente tienes buena intención hacia ella podrías acercarte a explicarte algo de su comportamiento (como te digo, cuando tu interés ya no seas tú mismo y tus intereses, sino que pienses en el bien real de ella).
Yo creo que lo mejor que puedes hacer es una actitud generosa con las personas, una vida también guiada por esto, y, si te sientes llamado a ello, o está en tu mano, o lo puedes procurar, ayudar a esta chica a lo mismo. Tendrías que actuar pensando en su bien, no en tu interés, y esto siempre trae efectos beneficiosos, aunque pudieran no ser aparentes (por ejemplo aunque ella colgase el teléfono si la llamases por teléfono por auténtica buena intención); y, por supuesto, que si te acercases a ella con buena intención, tendrías que seguir actuando correctamente y con buena intención, respondiese ella como respondiese.
Si uno quiere actuar bien tiene que antepone el hacer el bien de verdad a los propios intereses superficiales. Esto le viene bien a la otra persona y también a uno mismo.
Si ella quiere aprovechar la vida en el mejor sentido, para hacer todo el bien que pueda, o tener una vida con sentido, todas las experiencias que haya tenido, por ejemplo familiares, aunque sean negativas, le pueden servir para hacer el bien; y, por supuesto, sería bueno para ella, que no juzgase inútilmente a nadie de su familia, ni a sí misma, en el sentido de atribuir una responsabilidad que desconoce con exactitud cuál es, sino que se encamine a mejorar lo que ve, y confíe en que de su actuación correcta y bienintencionada, siempre saldrán resultados beneficiosos. Decías que a ella le gustaba ayudar; la buena intención hay que depurara, ya que no se trata de hacer lo que a la otra persona le apetece, sino que el objetivo tiene que ser más profundo, hacer lo que a la otra persona le venga bien como persona, y ahí es donde empieza la dificulta, y donde uno tiene que depurar la intención.
Cualquier relación de noviazgo que pudieras tener tendría que estar enfocada desde la generosidad, y por ahí, no te equivocas. Abajo te dejo la dirección de unos folios sobre actitudes saludables, las cuales te recomiendo a ti y a tu ex, y familia.
Un saludo.
Ana Vázquez

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