Fundamentación de un sistema de gestión de calidad
"¿Consideras que la implementación de Sistemas de Gestión de Calidad, es una Moda, una Necesidad, o una Estrategia Organizacional?".
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Respuesta de dodompa
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Sin duda es una necesidad, desde mi punto de vista.
Estás hablando de implantar sistemas de gestión de calidad. Implantar quiere decir montar algo que funcione.
Ahora veamos lo que dice la ISO9000, por ejemplo, que es calidad. Dice que es el grado con el que una serie de características cumplen unos requisitos.
Así que montar un sistema de gestión que permita que tus productos cumplan con unos requisitos es algo que parece bueno.
Y no es sólo que parezca bueno, es que es lo fundamental. Estamos en tiempos de crisis. Algunos requisitos establecidos para productos son rentabilidades dadas. Por otra parte, clientes no satisfechos o parcialmente satisfechos en estos tiempos, no te compran, sea lo que sea que la empresa vende.
Calidad es satisfacción del cliente, y ahora más que nunca se nota. Un sistema de calidad en su sentido más amplio busca la satisfacción del cliente, la mejora continua, la calidad de vida del empleado, etc.
Si dejamos la ISO9000 y vamos al EFQM, por ejemplo, el salto es abismal. Este sistema busca la excelencia. Ir más allá en todos los aspectos. Mimar al cliente y al trabajador. Hacer que los proyectos sean rentables; eliminar defectos; eliminar horas extra innecesarias, innovar, etc.
Cuando piensas en esto y lo trasladas a las empresas, las que han perdurado a lo largo del tiempo tienen un sistema de calidad realmente implantado. Será ISO9000, 6 sigma, EFQM, o cualquier otro, pero funciona.
En España, por ejemplo, tenemos El Corte Inglés. Te gustará más o menos, pero su trayectoria es intachable. Ya sabes lo que decían: especialistas en ti.
Todas las empresas de automoción, las farmacéuticas, y las aeroespaciales por ejemplo, tienen unos sistemas de calidad impresionantes. Apple, Toyota, Lilly, NASA, etc., son algunos ejemplos donde más se han innovado en materia de calidad. Son líderes del mercado.
Seguro que conoces empresas minúsculas donde aunque no tengan 500 procedimientos escritos utilizan un sistema de calidad tácito. Ese restaurante al que nunca le faltan clientes, donde te sirven con corrección y cortersía; donde todos los platos se preparan con esmero y siempre está todo rico; donde no tienes que esperar 30 minutos a que te sirvan, etc. O esa frutería donde todo está fresco, donde no te quieren colar nunca una fruta podrida o golpeada, y además tienen un precio razonable.
Para mi, la calidad, en ese sentido amplio, es la única forma de tener éxito y de perdurar. Si además tienes la suerte de poder plasmar esa forma de trabajo en un sistema de gestión escrito y conocido, mejor que mejor.
Desde luego, obtener el certificado ISO9001 puede ser una moda, una demanda del mercado, también; pero tener un sistema de calidad, sea el que sea, realmente implantado, es lo que marca la diferencia.
Estás hablando de implantar sistemas de gestión de calidad. Implantar quiere decir montar algo que funcione.
Ahora veamos lo que dice la ISO9000, por ejemplo, que es calidad. Dice que es el grado con el que una serie de características cumplen unos requisitos.
Así que montar un sistema de gestión que permita que tus productos cumplan con unos requisitos es algo que parece bueno.
Y no es sólo que parezca bueno, es que es lo fundamental. Estamos en tiempos de crisis. Algunos requisitos establecidos para productos son rentabilidades dadas. Por otra parte, clientes no satisfechos o parcialmente satisfechos en estos tiempos, no te compran, sea lo que sea que la empresa vende.
Calidad es satisfacción del cliente, y ahora más que nunca se nota. Un sistema de calidad en su sentido más amplio busca la satisfacción del cliente, la mejora continua, la calidad de vida del empleado, etc.
Si dejamos la ISO9000 y vamos al EFQM, por ejemplo, el salto es abismal. Este sistema busca la excelencia. Ir más allá en todos los aspectos. Mimar al cliente y al trabajador. Hacer que los proyectos sean rentables; eliminar defectos; eliminar horas extra innecesarias, innovar, etc.
Cuando piensas en esto y lo trasladas a las empresas, las que han perdurado a lo largo del tiempo tienen un sistema de calidad realmente implantado. Será ISO9000, 6 sigma, EFQM, o cualquier otro, pero funciona.
En España, por ejemplo, tenemos El Corte Inglés. Te gustará más o menos, pero su trayectoria es intachable. Ya sabes lo que decían: especialistas en ti.
Todas las empresas de automoción, las farmacéuticas, y las aeroespaciales por ejemplo, tienen unos sistemas de calidad impresionantes. Apple, Toyota, Lilly, NASA, etc., son algunos ejemplos donde más se han innovado en materia de calidad. Son líderes del mercado.
Seguro que conoces empresas minúsculas donde aunque no tengan 500 procedimientos escritos utilizan un sistema de calidad tácito. Ese restaurante al que nunca le faltan clientes, donde te sirven con corrección y cortersía; donde todos los platos se preparan con esmero y siempre está todo rico; donde no tienes que esperar 30 minutos a que te sirvan, etc. O esa frutería donde todo está fresco, donde no te quieren colar nunca una fruta podrida o golpeada, y además tienen un precio razonable.
Para mi, la calidad, en ese sentido amplio, es la única forma de tener éxito y de perdurar. Si además tienes la suerte de poder plasmar esa forma de trabajo en un sistema de gestión escrito y conocido, mejor que mejor.
Desde luego, obtener el certificado ISO9001 puede ser una moda, una demanda del mercado, también; pero tener un sistema de calidad, sea el que sea, realmente implantado, es lo que marca la diferencia.
