Mi amiga tiene una obsesión conmigo

Hace cuatro meses la persona que consideraba mi amiga, me declaro que estaba enamorada de mí, a lo que le respondí que yo no compartía el mismo sentimiento y que lo lamentaba mucho. Jamás paso por mi mente que a ella le gustaban las persona del mismo sexo, Desde ese día comenzó mi tormento; me quiere controlar me llama al celular hasta 30 veces al día, nadie se me puede acercar pues le dan ataque de celos, interroga muy sutilmente a las personas que me rodean (incluyendo a mi esposo e hijos) para ver si lo que yo digo es verdad (si fui a clase, si me quede todo el día en casa), dice mentira jura por la memoria de su padre (ya fallecido) para que le crea sus mentiras (cuando yo por otros medio se que es mentira), llega a cualquier sitio donde yo estoy, me vigila, me quiere deslumbrar con regalos, se aprovecha de la relación de amistad que existe con su familia de una data de 13 años para manipularme pues sabe que si la dejo de tratar totalmente esa amistad va ha terminar, pero a pesar que jura amarme tanto me apuesto delante de los demás como que yo soy mentirosa, mala, egoísta y todo lo que se puedan imaginar.
Ya no se que hacer, he hablado bastante con ella, la rechazo, la ignoro e incluso su acoso me ha llevado al extremo de tratarla mal a ver si se aleja y no logro nada, ayúdeme por favor

1 respuesta

Respuesta
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[size= small; font-family: Times New Roman]Apreciada rmly:[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]No debes hacer caso, ni hablar, ni contestar a esa persona. Tú ya le has manifestado tu opinión y ella no te quiere respetar. Es una egoísta que no atiende a los requerimientos de los demás (LOS TUYOS) sino que ella hace lo que a ella la da la gana, aunque a ti te moleste e incomode. Ella realmente no te quiere a ti, quiere a una imagen imaginaria de ti que tiene en su cabeza enferma.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]No te preocupes si rompes con esa familia de ella. El tema que me planteas es más que suficiente como para que lo hagas.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Si tienes confianza con tu marido, díselo también a él. No sientas vergüenza en decirlo. Creo que te tienes que apoyar en tu marido para estos casos. El marido ha de ser un apoyo "en la salud y en la enfermedad"; es decir, siempre.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Te recomiendo que visites [/size][size= small; font-family: Times New Roman]www.interrogantes.net[/size][size= small; font-family: Times New Roman], donde encontrarás mucha formación para tu vida y para tu carácter. Más abajo te transcribo algunos artículos que he tomado de [/size][size= small; font-family: Times New Roman]www.interrogantes.net[/size][size= small; font-family: Times New Roman] referentes a la homosexualidad.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]También te recomiendo que visites [/size][size= small; font-family: Times New Roman]www.es.catholic.net[/size][size= small; font-family: Times New Roman] y navegues por ahí. Encontrarás fuerza espiritual para vivir una vida feliz en medio de las dificultades de la vida y formación.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Un cordial saludo, con mis mejores deseos para tu felicidad.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Hoy voy a asistir a la Santa Misa y voy a ofrecerla por ti, por tu marido y por tus hijos.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Dr. Fitzgibbons, "Psicología y tendencias homosexuales", Zenit, 16.I.06[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]WEST CONSHOHOCKEN (Pensilvania, EE. UU.), lunes, 16 enero 2006 (ZENIT.org).- El reciente documento vaticano sobre los candidatos al sacerdocio y las tendencias homosexuales diferencia entre tendencias profundamente arraigadas y las que son expresión de un problema transitorio. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Para profundizar en los diversos aspectos relativos a estas tendencias y en la forma de afrontarlas, Zenit ha entrevistado al doctor Richard Fitzgibbons, psiquiatra que ha contribuido a la redacción del documento «Homosexualidad y esperanza» (disponible en inglés en cathmed.org/publications/homosexuality.html) de la Asociación Médica Católica (de los Estados Unidos y Canadá). [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Cómo distinguiría entre personas atraídas por otras del mismo sexo y aquellas que tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Las personas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas se identifican a sí mismas como personas homosexuales y son frecuentemente reacias a examinar los conflictos emocionales que han provocado esta tendencia. Presentan una fuerte atracción física por los demás hombres y por la masculinidad de otros debido a una profunda debilidad en la seguridad masculina. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Estas personas, en el ámbito sacerdotal, tienen una significativa inmadurez afectiva con excesos de ira y celos respecto a los hombres no homosexuales, una inseguridad que les lleva a evitar amistades cercanas con tales hombres y a una desordenada necesidad de atención. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La mayor parte de estos hombres tuvieron en la adolescencia dolorosas experiencias de soledad y de tristeza, sintieron inseguridad en su masculinidad y una pobre imagen corporal. Algunos estudios de investigación bien realizados han demostrado una incidencia de enfermedades psiquiátricas muy superior en aquellos que se identifican como homosexuales. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Sometidos a una gran tensión, pueden también manifestar una fuerte atracción física y sexual hacia los adolescentes, como ocurrió en relación con el período de crisis en la Iglesia. Al trabajar con hombres heterosexuales se encuentran con frecuencia en dificultad en situaciones de colegialidad o en ambientes de menor formalidad. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Un conflicto no resuelto con la figura paterna normalmente es mal manejado como una rebelión contra el magisterio y la doctrina de la Iglesia sobre la moral sexual. Lamentablemente la actitud de rechazo, de defensa y de rabia no les permite abrirse a buscar la ayuda del Señor en sus debilidades emocionales y de comportamiento. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Las personas con tendencias homosexuales moderadas no se identifican como homosexuales. Se trata de hombres motivados a identificar y superar sus conflictos emocionales. Normalmente buscan ayuda en la psicoterapia y en la dirección espiritual. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]El objetivo de la ayuda es sacar a la luz conflictos tempranos, perdonar a quien les ha dañado y aumentar su seguridad masculina --un proceso que con el tiempo puede llevar a resolver la atracción hacia personas del mismo sexo. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Estos hombres aceptan y quieren vivir y enseñar la doctrina de la Iglesia sobre moral sexual en plenitud. No apoyan la cultura homosexual, sino que la consideran antitética respecto a la llamada universal a la santidad. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Existen test psicológicos que puedan ser útiles para identificar a los candidatos con atracción homosexual o con tendencia homosexuales profundamente arraigadas? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Sí. Existe el «Boy Gender Conformity Scale» --elaborado por la Universidad de Indiana-- y el «Clarke Sexual History Questionnaire»: pueden identificar con una precisión del 90% a varones con atracciones hacia el mismo sexo. Además, un análisis profundo de las experiencias de la infancia y de la adolescencia con el padre, con los compañeros varones y con el propio cuerpo puede identificar una homosexualidad profundamente arraigada. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Limitarse a preguntar al candidato sencillamente si es heterosexual u homosexual, como se hace en muchos seminarios y comunidades religiosas, no basta. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Qué recomendaría en el caso de un candidato que presente atracciones hacia el mismo sexo o demuestre tendencias homosexuales? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Cuando la evaluación revela probables atracciones hacia el mismo sexo, se da la recomendación de emprender el duro trabajo de resolver su dolor emocional con un profesional de la salud mental competente y el director espiritual. Después de que la seguridad masculina del candidato haya aumentado significativamente y ya no tenga atracción homosexual, podría volver a solicitar el ingreso en el seminario. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]En nuestra experiencia clínica, aquellos con tendencias homosexuales profundamente arraigadas carecen de una comprensión de los orígenes de sus conflictos y de la posibilidad de curar. Muchos de estos hombres también se comprometen en trabajar en sus conflictos emocionales. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Qué recomendaría en el caso de seminaristas que tienen atracciones hacia el mismo sexo o demuestran tendencias homosexuales o una inmadurez afectiva significativa? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Dada la presente crisis en la Iglesia, con el 80% de los casos de abuso que son de naturaleza homosexual relativos a varones adolescentes, los seminaristas y aquellos que se encuentran en formación en las comunidades religiosas que tengan atracciones hacia el mismo sexo tienen una grave responsabilidad para proteger a la Iglesia de más escándalos y sufrimientos. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Deberían intentar comprender y resolver sus conflictos emocionales con un profesional de la salud mental cualificado y un director espiritual. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Los seminaristas con actitudes afeminadas -una señal clara de grave inmadurez afectiva-- frecuentemente, en su infancia, no fueron capaces de identificarse suficientemente con la figura paterna y con sus coetáneos. Se pueden beneficiar de la terapia para eliminar los comportamientos afeminados y fortalecer su aprecio por la masculinidad que han recibido de Dios, a fin de que se puedan convertir en verdaderos padres espirituales. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Los seminaristas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas deberían hablar de sus conflictos honradamente con su director espiritual y tomar como guía el reciente documento de la Iglesia. En los últimos 30 años hemos visto a muchos jóvenes superar estas tendencias en el momento en que se ha introducido un elemento espiritual en su plan de tratamiento, así como sucede en el tratamiento de la toxicomanía. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La investigación realizada por el Dr. Bob Spitzer, del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Columbia University, ha dado esperanza a muchos jóvenes sobre la curación de sus conflictos emocionales. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Cuáles son los principales temas emocionales y de carácter que considera que se deben afrontar en los programas de formación humana de los seminarios? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Según un estudio nacional de 2005, el 28,8% de los americanos padecerá trastornos de ansiedad en el curso de su vida, el 24,8% trastornos de impulsividad y el 20,8% trastornos de humor. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]El origen más frecuente de estos trastornos emocionales en los hombres surge de una falta de cercanía y de afirmación en la relación con la figura paterna y con los coetáneos. Estos conflictos emocionales generan debilidad en la seguridad masculina, tristeza, soledad, rabia y a menudo un desprecio del propio cuerpo. Además, los hijos de familias divorciadas presentan mayor problema de confianza. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La principal debilidad de carácter en nuestra cultura es la del egoísmo, que es un obstáculo mayor para la donación de uno mismo en toda vocación. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Un buen examen psicológico y una anamnesis profunda podrían identificar varios tipos de dolor emocional que el candidato podría afrontar en su vida espiritual con su director espiritual, y si fuera necesario con un profesional de la salud mental cualificado. Las conferencias para seminaristas sobre el tema del crecimiento en la madurez afectiva y en la donación de uno mismo puede ser útil para la identificación y la resolución de los conflictos que interfieren en la maduración afectiva. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Qué criterios indicarían que un seminarista ha alcanzado madurez afectiva? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Por mi experiencia profesional, el mayor indicador de madurez afectiva de toda vocación es la sana y equilibrada donación de uno mismo, que comprende la capacidad de acoger a Dios y a los demás. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La madurez afectiva se demuestra también por la capacidad de dirigir las tensiones emocionales más comunes, como la ansiedad, la débil confianza, la ira, la soledad y la tristeza. La ansiedad puede ser superada con el crecimiento en la confianza; la ira con el crecimiento en la virtud del perdón, y la soledad o la tristeza con el crecimiento en la capacidad de recibir el amor de Dios y de otros de una forma normal, y de darse uno mismo. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Puede ser oportuno, además, hacer emerger y afrontar también los conflictos de la infancia y de la adolescencia. Asimismo, un compromiso para crecer en numerosas formas es necesario para el desarrollo de una personalidad sana.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Cómo pueden ayudar los directores espirituales a los seminaristas o a los sacerdotes que experimentan atracción hacia el mismo sexo? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Los directores espirituales pueden ayudar a los seminaristas y a los sacerdotes comprendiendo que las atracciones hacia el mismo sexo se pueden tratar y que no están genéticamente predeterminadas. Pueden alentar a los seminaristas y a los sacerdotes a afrontar su sufrimiento emocional con la ayuda del Señor, en particular su soledad. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Los directores espirituales que se comprometen activa y honestamente en la oración de sanación interior, y que pueden ayudar a hacer eficaces las gracias de sanación, a través de la regla para el discernimiento espiritual de San Ignacio de Loyola, pueden facilitar el proceso de sanación. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--La nueva Instrucción del Vaticano afirma que las tendencias homosexuales que sean sólo la expresión de un problema transitorio, como, por ejemplo, el de una adolescencia todavía no terminada, deben ser claramente superadas al menos tres años antes de la Ordenación diaconal. ¿Qué opina al respecto? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: En mi opinión esta declaración significa que no es suficiente para un seminarista ser casto durante tres años. También debe primero conocerse a sí mismo, esto es, comprender sus conflictos emocionales que ocasionan atracciones hacia el mismo sexo y haber trabajado para resolver esos conflictos. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La castidad por tres años no es suficiente porque, en los momentos de mayor tensión en el ministerio sacerdotal, los problemas no resueltos de soledad, aislamiento o inseguridad derivados del período de la adolescencia podrían conducir a atracciones hacia el mismo sexo -incluso atracción hacia chavales adolescentes, en un intento inconsciente de huir del propio sufrimiento. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Los hallazgos de la reciente investigación del Dr. Robert L. Spitzer y muchos otros estudios clínicos sostienen esta perspectiva de que las tendencias homosexuales pueden ser transitorias y ser solucionadas. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿Qué recomienda en el caso de sacerdotes que experimentan atracciones hacia el mismo sexo o tendencias homosexuales? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Recomendaría que se hagan más conscientes de los orígenes emocionales de la atracción hacia el mismo sexo y de la posibilidad de curarla, además de la incidencia de graves enfermedades físicas y psiquiátricas asociadas a la homosexualidad. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]También, visto que según el informe del Jay College of Criminal Justice de Nueva York el 80% de los casos de abuso por parte de sacerdotes se refiere a chicos adolescentes, los sacerdotes con atracciones hacia el mismo sexo tienen una grave responsabilidad en proteger a la Iglesia y a los jóvenes de más escándalos, cosa que les impone el deber de trabajar para comprender y resolver sus atracciones hacia el mismo sexo. Los chavales adolescentes necesitan ser protegidos de la agresión homosexual. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Hemos visto a muchos sacerdotes crecer en santidad y en felicidad en su ministerio como resultado de la sanación de la inseguridad masculina, soledad e ira de su infancia y adolescencia y, sucesivamente, de su atracción hacia el mismo sexo. Este proceso de curación ha sido descrito en la declaración de la Asociación Médica Católica, «Homosexualidad y esperanza». [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Nuestra experiencia de más de 25 años nos ha convencido de la relación directa entre rebelión e ira contra la enseñanza de la Iglesia y comportamientos sexualmente promiscuos. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Parece que se trata de un camino de doble dirección: los que son sexualmente activos disienten de la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad para justificar sus propias acciones, mientras que aquellos que adoptan ideas rebeldes sobre la moral sexual son más vulnerables a hacerse sexualmente activos porque carecen de defensas contra las tentaciones sexuales. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Crecer en el perdón y en la humildad es esencial en el tratamiento de tales sacerdotes. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--¿De qué manera pueden los obispos y los superiores religiosos ayudar a sus sacerdotes que presenten tendencias hacia el mismo sexo? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]--Dr. Fitzgibbons: Si los obispos alentaran a los sacerdotes con tendencias homosexuales a seguir terapia apropiada y dirección espiritual conforme a la doctrina de la Iglesia, también serían testigos de la sanación de sus sacerdotes. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Además, los sacerdotes serían ayudados si los programas para hacer frente a los momentos de crisis no enmascararan el papel de la homosexualidad en los fenómenos de abuso sobre chicos adolescentes. En lugar de ello, estos programas deben describir por qué los varones adultos pueden estar sexualmente atraídos hacia adolescentes y cómo este conflicto puede ser resuelto. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]En vista del informe del John Jay College, los obispos deberían considerar proteger a los jóvenes impidiendo a los sacerdotes con una homosexualidad profundamente arraigada enseñar o desarrollar otros ministerios en escuelas, centros superiores y seminarios. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Finalmente, los obispos deberían estar alerta de que existen muchos «expertos» que ignoran la ciencia médica o que están influidos por lo «políticamente correcto». [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]El Dr. Paul McHugh, miembro del National Review Board de la Conferencia Episcopal estadounidense (USCCB, por sus siglas en inglés. Ndr), ex jefe de psiquiatría del Hospital John Hopkins, declaró recientemente: «Me sorprende el hecho de que esta bomba» --la del abuso sobre chavales adolescentes-- «no haya sido objeto de mayor interés y debate». [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]McHugh refirió al «National Catholic Register» que estaba «asombrado por el hecho de que la gente por todos los Estados Unidos no estuviera hablando de ello, ni estuviera reflexionando preguntándose por los mecanismos que lo generaron». [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Existe toda razón para esperar que, con este nuevo documento, la Iglesia progresará en la necesaria vía de la purificación descrita por Juan Pablo II en su encuentro de abril de 2002 con los cardenales y obispos a propósito de la crisis.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Tomado de Zenit, ZS06011720[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]David Akinsanya , "Un homosexual harto de serlo", La Razón 14.IX.05[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]>> La BBC polemiza con el mundo gay al dar voz a un homosexual "harto de serlo". [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Su problema en la infancia[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]"Simplemente, no quiero ser gay". Con estas duras palabras dejó boquiabierta a la audiencia de la BBC David Akinsanya hace escasas semanas. Y es que el tabú del tema homosexual ha comenzado a resquebrajarse en Gran Bretaña. También el diario "The Independent" se hizo eco de la noticia. David Akinsanya se ha convertido -por obra y magia de los medios de comunicación-, en el representante de toda una generación de homosexuales hartos de serlo. Y cansados de callarlo.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Después de veinticuatro años de vida homosexualmente activa, David se dio cuenta de que deseaba tener hijos. "No quería hacerlo por ninguno de los métodos que los gays tenemos a nuestro alcance. Sé que hay parejas de homosexuales que tienen hijos, pero no quiero ser uno de ellos, porque creo que no es justo para el niño. Lo que deseo es la heterosexualidad con todo lo que conlleva, especialmente tener mujer e hijos", aseguró en el documental de la BBC. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Infancia marcada[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]"Existe la creencia de que es divertivo ser gay. Pero yo estoy cansado de este estilo de vida", continuó David. Su historia viene de tiempo atrás, tal y como explica. "Una de las razones por las que deseo mi propia familia es porque nunca tuve una cuando era niño", reconoce. Su madre y su padre se separaron antes de que él naciera. En el orfanato, su padre le visitaba de vez en cuando y David le esperaba ansiosamente, porque su única "madre" fue una mujer muy dominante. "Crecí anhelando la atención masculina", explicó David en la TV británica. A partir de los 19 años, David tuvo únicamente relaciones con hombres y dos parejas "estables y satisfactorias", aunque ya hace mucho tiempo de eso. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Ahora sabe que sí se puede cambiar [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Hace dos años comenzó a plantearse seriamente si podría ser feliz alguna vez siendo gay. Y en ese momento empezó una búsqueda que le llevaría hasta EE UU, donde participó en algunos cursos en busca de un cambio de orientación sexual. Muchos de ellos eran impartidos por grupos religiosos. "No podía entender cómo la oración podía cambiar mis preferencias sexuales, pero acudí a los cursos con una mente abierta". En uno de ellos, le pidieron que escribiera cosas positivas y negativas de su vida: "Cuando vi lo negativa que parecía mi vida, lloré".[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Aunque no todos los cursos fueron eficaces, David está convencido de que no ha perdido el tiempo con ellos. "Ahora tengo más control sobre las decisiones que tomo. Todo este viaje me ha servido para darme cuenta de que la sexualidad sí se puede cambiar, aunque no pueda provocar el cambio en el momento que me gustaría".[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Y aunque no es "políticamente correcto" decirlo, David Akinsanya lo ha hecho nada menos que en la prestigiosa BBC, donde él mismo trabaja como periodista...[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Leopoldo Varela, "¿Orgullo... o infierno Gay?" , Epoca, 5.VII.05[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]>> Testimonio de un homosexual atrapado en un mundo de pesadilla [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]"Comencé cuando estaba en segundo de carrera" -explica Juan José L. F., madrileño de 33 años-. "Iba con amigos a bares de ambiente gay, pero pijos, en la zona de las calles Pelayo y Augusto Figueroa, cerca de la Gran Vía madrileña.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Me atraía lo divertido y lo morboso. Desconectabas, te reías, veías chulazos, nos colocábamos con porros y cubatas. Era una alternativa a las chicas. Pero fue ganando terreno lo morboso. Y empecé a frecuentar otros garitos, picado por la curiosidad. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Un verano, al cabo de un par de años, tuve la experiencia de lo que es un cuarto oscuro. Aquello me cambió la vida. Había oído hablar de ellos, había leído cosas en revistas como Mensual, Shangay Express o Zero, pero nunca había entrado.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Lo primero que te llama la atención es la oscuridad. Luego vas distinguiendo figuras de cuerpos que se mueven despacio. Se acercan. Es una mezcla de miedo y de atracción. ¿Dudas si zambullirte o no en un mar de sensaciones? De pronto, ¿notas un roce de un mano? Tienes una descarga de adrenalina, el corazón galopa dentro del tórax..."[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]"Desde entonces" -continúa Juan José L. F. su relato- "me enganché a la montaña rusa, así la llamo yo, y no me quise bajar. Te da vértigo, pero cada vez la necesitas más. Comencé a ir todos los findes. Y cuando me conocí todos los cuartos oscuros de todos los clubs, saunas o discos gays de Madrid, descubrí los de Tenerife, Valencia, Roma o Hamburgo -aprovechando las vacaciones.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]A veces voy en grupo, con tres o cuatro amigos, o cuando he tenido un novio, ¿he ido con él? Otras voy solo, me pierdo en esos laberintos y tengo relaciones con gente diferente y anónima. Ahí está el morbo. ¿Sitios? Bares y clubes de Chueca, de Gran Vía o de Lavapiés.[/size]
[size= small; font-family: Times New Roman]¿Qué se siente? La sensación de que no hay barreras, ni freno. ¿Las relaciones sexuales parecen no tener límite? ¿Vas probando experiencias cada vez más fuertes y más prohibidas?[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Pero al día siguiente, al volver a la vida cotidiana, te acompaña la angustia, el desprecio por ti mismo. Los recuerdos de esas relaciones se fijan en la memoria como un postit y se quedan clavados y no hay forma de olvidarlos.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Cada vez necesitas hacer cosas más fuertes, porque las anteriores ya te aburren. Necesitas sentir la adrenalina y el corazón galopando dentro del pecho. Y buscas, entonces, experiencias más excitantes, aunque para ello tengas que rebasar los límites de la locura. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Y parece que vas a salir indemne, pero? No. A mayores hazañas sexuales, más ansiedad. Y te odias. Pero a la semana siguiente vuelves a la orgía privada, a la sauna, al festival de leather -"cuero"- (modalidad de sexo duro, donde los participantes llevan arneses, gorras y prendas de cuero). Y ya no puedes escapar.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Las orgías se organizan los jueves o los fines de semana. Se anuncian en los propios garitos, o en la Red. Algunos clubes tienen calendarios programados con antelación. Y hay intercambios con el extranjero y se organizan circuitos por clubes o discotecas gays de toda Europa. Son fiestas monográficas: todos leather, o todos desnudos. O sólo para skin (los rapados) o sólo para los llamados osos (gente peluda).[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Deseas morirte[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]¿Qué es lo que más teme Juan José o lo que más le repugna de ese submundo? "Lo que más temo son las enfermedades. Es un miedo atroz, con el que te despiertas por la noche. Pero lo que más me repugna es otra cosa. Es la sensación de que los otros, en las orgías, te utilizan como si fueras un objeto. Te sientes reducido a cosa, no eres persona. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Te ve un tío en un cuarto oscuro y va a por ti, frenéticamente, como que no se puede contener, y en lugar de hablarte, te empieza a tocar y te abre la bragueta, y notas que le importas un bledo, que lo único que quiere es tu órgano sexual. Y, yo al menos, noto una angustia instalada en el pecho, como una explosión lenta y pesada de tristeza.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Hay ocasiones en que estás a gusto con un tío y tienes un buen rollo. Y, al acabar, hasta hablas con él y te tomas copas. Pero otras veces tienes la sensación de estar siendo utilizado. No lo soporto: el tío quiere tu cuerpo, no te quiere a ti. Y desea poseerte, usarte y se acabó. Y entonces es como si tu tuvieses un momento de lucidez, te despertaras en medio de la pesadilla y dijeras:¿? Pero ¿se ha vuelto loco? ¿Qué hace este tipo sobándome y sodomizándome, fuera de sí, como un energúmeno?. Y entonces odias a ese individuo y te odias a ti mismo: porque resulta que tú eres igual, te ves reflejado en el espejo. Y deseas morirte[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]El miedo a las enfermedades es una tortura. Mis amigos gays lo niegan, ¿dicen qué habitualmente no están pensando en ello? Pero es mentira. Al revés: casi no piensan en otra cosa. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Imagínate: todo el santo día con prácticas de riesgo: sexo anal, sexo oral, fisting (introducir la mano, el puño -fist, en inglés- e incluso el antebrazo en el recto). Todo el día jugando con el peligro: con el semen o la sangre. Y generalmente sin preservativo. ¿Cómo no vamos a estar temblando, aunque no lo digamos?". [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Un susto mayúsculo [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]"Yo pillé hace cinco años una gonorrea anal. El susto fue mayúsculo. Pensé que también tenía el sida y me hice la prueba. Afortunadamente, no había nada. Y me curé la gonorrea con antibióticos. Pero el miedo, la desazón no te las quita nadie. Cuando vas de médicos, con análisis, con exudados, te sientes un trapo, un desecho humano: eres nada y menos que nada. Y vuelves a odiarte.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Te engañas. Crees que no vas a coger ninguna venérea. En la euforia de una fiesta, cuando estás en pelotas, bien colocado con unos cubatas -o alguna pastilla-, transportado a otra galaxia por la música y el estruendo, te parece que puedes hacer de todo y hacerlo con todos. Entonces que no te hablen de las hepatitis, ni de la sífilis, el herpes o el sida. Pero esa misma noche cuando estás durmiendo la mona, te despiertas de pronto con la sensación de que estás infectado, de que tienes ya el virus dentro, aunque no tengas síntomas. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Eso es lo más angustioso: no puedes huir, no puedes refugiarte de la enfermedad... porque la enfermedad la llevas encima. Y ahí están todos tus recuerdos. Uno por uno, sin olvidarte de una sola de tus aventuras sexuales. Y no puedes dormir. Y te atiborras de pastillas. [/size]
[size= small; font-family: Times New Roman]He llegado a estar seis meses limpio. Sin practicar sexo ni frecuentar garitos. Por miedo, claro. Convencido de que ya tenía el sida y que la cuenta atrás había sonado en el reloj de mi vida. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Cada visita al médico, cada análisis, cada hora en la sala de espera, esperando la sentencia en forma de resultados, era un inhibidor de la furia sexual. Pero siempre vuelves. Se pasa el miedo, te confías, y vuelves. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]En esos meses de sequía, piensas que el mundo gay es una locura. Lo ves con cierta distancia y piensas que estás de atar, todos obsesionados por mojar, por follar (con perdón), ése es el objetivo. Luego están las fiestas, la parafernalia, la ropa, los adornos, pero debajo de todo eso no hay más que un objetivo: sexo duro, es todo. Yo, a veces, lo he hablado - y discutido- con amigos: quitas el sexo duro y ¿qué queda? Nada. Lo que pasa es que esto no se atreven a decirlo muchos".[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Te vuelves neurótico[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]"Yo he visto cosas tremendas en las orgías gays. Fiestas monográficas de pissing (lluvia dorada); de fisting (lo del puño); o incluso de sado-maso (te atan, te azotan, te pinchan, te llegan a apagar colillas en los genitales). O clubes nudistas. En Madrid hay uno, donde es casi imposible no salir sin un par de relaciones o tres. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]O lugares con códigos estrictos de ropa (en algunos sitios sólo admiten arneses o prendas de goma y cuero; en otros, con ropa militar). O con códigos de señales: hay orgías donde llevar un pañuelo de un determinado de un color quiere decir que me gusta que me sodomicen, o que me gustan los fetiches, o el beso negro, ¿por ejemplo? Es cuestión de dar con la media naranja. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]O gente que lleva su locura a decorarse el cuerpo -genitales incluidos- con tatuajes y piercing, o raparse todo el pelo de su anatomía. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Yo nunca he ido al psiquiatra, como sí han ido otros compañeros gays. Pero sí que me gustaría poder hablar de todo esto, con gente normal, que no esté en ese ajo. Pero para eso necesitas distanciarte, ¿alejarte un poco? [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Te vuelves neurótico. Sufres porque ves a amigos tuyos que han pillado el sida, que se han ido al otro barrio, o que de pronto te los encuentras en un garito y están en los huesos, consumidos, y te das cuenta de que ya están en la recta final, y de que han contagiado o van a contagiar a todo bicho viviente. O con pañales de por vida, como dos que yo conocí, que tuvieron que hacerles una colostomía porque se habían destrozado el colon a base de introducirse juguetes en el recto (vibradores, penes de plástico, etcétera).[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Lo piensas fríamente y dices: qué locura. Cada club de sexo duro, cada sauna es una bomba de relojería de sida, un foco de infección, cuyas ondas se expanden cada vez más lejos. Y luego está la sensación de esquizofrenia. Haces vida normal y es una tortura mental acordarte, mientras estás despachando con un compañero de trabajo o hablando con tu madre, del fisting, por ejemplo. Y como no hay freno, aplicas tus fantasías sexuales, cada vez mayores y más extravagantes, a la gente normal que te rodea. Y en esos momentos notas que ya no eres dueño de tu mente. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Claro que más de una vez me he planteado dejarlo. Pero estás enganchado y no puedes. ¿Pero no porque alguien te lo impida? Sino porque te lo impides tú mismo. Es como si tuvieras la facultad de querer dividida en dos: por un lado, ¿te repugna todo eso? Pero, por otro, lo deseas. Acabas hecho polvo, neurótico perdido".[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Transcripción: Leopoldo Varela. [/size]
[size= small; font-family: Times New Roman]ÉPOCA ha omitido deliberadamente los nombres de los locales mencionados en este testimonio.[/size]
[size= small; font-family: Times New Roman]Más información en la revista Época. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Juan Luis Lorda, "Discriminación sexual y Junta de Portavoces de Navarra", Forumlibertas, 8.VII.05[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]>> ¿Comer yogur por la oreja? ¡Pero si ese orificio no pertenece al sistema digestivo! [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Todas las personas son dignas por el hecho de ser personas. Es lo que yo creo. Todo ser humano merece respeto, desde que es concebido hasta que muere. Y ningún adjetivo puede cambiar, quitar o poner, esa dignidad fundamental. Da lo mismo que una persona sea alta o baja, vieja o joven, sana o enferma, hombre o mujer. Es igualmente digna. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Aunque, naturalmente, no es lo mismo ser joven que ser viejo, ser sano que ser enfermo, ser alto que ser bajo, ser hombre que ser mujer. Las palabras sirven para distinguir, que es una operación muy necesaria para la inteligencia. Poner nombres distintos a cosas distintas .[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La Junta de Portavoces del Parlamento de Navarra, con rechazo de UPN y abstención de CDN, hizo recientemente una solemne declaración institucional comprometiéndose a "velar por hacer efectivo el derecho al matrimonio entre dos personas, sin discriminación por razón de sexo" y a "trabajar tanto en el ámbito legal como en educativo, cultural, comunicativo y social, de cara a superar los comportamientos homófobos". [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La Junta de portavoces, desde luego, está en su derecho a hacer las declaraciones que le parezcan oportunas y con toda la solemnidad que quiera. Es deseable, de todas formas, que, en lo posible, sean coherentes. Aquí faltaría por aclarar qué significa "matrimonio". Si es una palabra cuyo significado depende de la Junta de portavoces o se basa en alguna realidad independiente de la Junta de Portavoces. Y también quién declara y con qué criterio qué es homófobo. Si se le pone a todo el que no le cae simpático a alguien o se basa en alguna apreciación independiente y justa. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Si yo tuviera un amigo que intentara comer yogur metiéndoselo por la oreja, con todo respeto, le podría observar que quizá resulta algo anómalo desde el punto de vista alimenticio. Porque ese orificio no pertenece al sistema digestivo. Yo creo que diciéndoselo no le estaría despreciando ni cayendo en la homofóbia. Y que, en cierto modo, él, si es mi amigo, tiene derecho a que honradamente se lo diga. Procuraría no ofenderle, pero creo que tengo derecho a decirlo y, mucho más, a pensarlo. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]El sistema reproductivo humano está tan fijado y es tan rígido como el sistema digestivo. Es decir, hay comportamientos que sirven para la reproducción y otros que no. Y esto no depende de las votaciones de la Junta de Portavoces. Espero no ofender a nadie ni hacer perder a ningún niño o anciano la inocencia. Se da la circunstancia de que cuando dos personas, varón y mujer, se unen adecuadamente, se puede producir ese fenómeno biológico tan precioso que es la concepción de un ser humano. Pero si lo hacen de otra manera o no son varón y mujer, resulta que no se puede producir. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Se da la circunstancia también de que la concepción es un asunto de alto interés público porque es el camino ordinario y masivo de incorporación de los nuevos ciudadanos a la sociedad. Y, en cambio, se da la circunstancia de que todos los demás tipos de uniones no tienen interés reproductivo y, por tanto, apenas tienen relevancia social. Son asuntos privados de dos o más. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Por el altísimo interés que tiene la reproducción humana y por el valor de los hijos, la legislación universal (y también la navarra) protege desde tiempo inmemorial el "matrimonio", que significa literalmente, como ya se ha recordado en este periódico "el oficio de la madre". Y en cambio, apenas ha prestado atención a otro tipo de uniones privadas, que no tienen ese efecto. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Ahora por la presión de grupos gay, confundiendo toda la historia del derecho, se intenta decir que todo es matrimonio. Pero es evidente que se trata de fenómenos muy distintos, con un interés social muy distinto también. Y que es muy conveniente, para la inteligencia y para la vida social, distinguir lo que es distinto. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Que los gays son distintos lo dicen a viva voz ellos mismos. Y que la unión gay es distinta del matrimonio protegido por la tradición de la ley es, sencillamente, una evidencia biológica. Los que defendemos estas verdades mínimas lo único que hacemos es proteger el sentido común, el uso del lenguaje, y, lo que es más importante, la reproducción humana natural, la familia que de allí se deriva y el interés público. Y, por supuesto, tenemos el mismo derecho que los demás a decirlo y a no ser insultados con comportamientos agresivos e intolerantes. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Pero hay más. Todos los que sienten una inclinación homosexual tienen el derecho de saber que no existe un sexo homosexual, sino que hay personas con mayor o menor tendencia homosexual. Que esa orientación parece que, en la generalidad de los casos, es adquirida y no congénita. Que se puede cultivar o que se puede disminuir (aunque tiene su dificultad). [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Que tiene derecho a intentar cambiar esa orientación y que en un tanto por ciento de los casos se consigue. Que tiene derecho a manifestar su condición o a no manifestarla. Y que cualquier presión en este sentido (como las amenazas que han salido estos días en los periódicos), es un grave abuso. Todo esto, lejos de ser homofóbia es, sencillamente, decir la verdad, sin ánimo de ofender a nadie. Y con derecho a no ser ofendido. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Por encima de estas consideraciones elementales e ideológicamente neutras, todos los que sienten una inclinación homosexual tienen también el derecho, lo mismo que cualquier otra persona, a saber cómo es la moral cristiana. Y a saber que la moral cristiana considera que el sexo se ordena, por naturaleza, a la vida. Y que hay que vivirlo así, aunque a todos nos cueste. Y que la moral cristiana considera inmoral todo comportamiento que no respeta este orden, sea ese comportamiento homosexual o no. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Y que uno lo puede intentar y lo puede conseguir. Y son muchos los que lo intentan y lo consiguen. Y que uno se puede equivocar y volver a empezar. Y que esto es muy bueno y da mucha alegría. Y que las familias de padre y madre e hijos son sumamente beneficiosas para la sociedad. Y muy necesitadas de que la Junta de Portavoces les preste alguna atención. [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Es muy dudoso que sea competencia de la Junta de Portavoces (o del Parlamento español) cambiar el vocabulario español contra su propia tradición jurídica. Lo que es seguro es que no puede cambiar la realidad de la reproducción humana, como no puede cambiar la de la alimentación. Con una declaración de la Junta de Portavoces no se conseguirá nunca que el acto de meter yogur por la oreja sea un acto de alimentación y tenga ese significado biológico y social. Pero pueden declararlo, si quieren, y aumentar la confusión. Si de paso, tienen tiempo para ocuparse alguna vez de los derechos de las familias, mejor.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Tony Anatrella, "Homosexualidad y homofobia", Aceprensa, 8.IX.04[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]>> Cuando la policía de las ideas sustituye al debate [/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]El recurso más empleado por las asociaciones de militantes homosexuales para cerrar cualquier debate sobre sus pretensiones es la acusación de "homofobia". La palabra "homofobia" se ha convertido en un vocablo fetiche que impide cualquier reflexión crítica y estigmatiza a quienes piensan que la homosexualidad plantea un problema. Seleccionamos los párrafos más significativos del estudio sobre "Homosexualidad y homofóbia" realizado por el psicoanalista francés Tony Anatrella, especialista en psicología clínica y social, publicado en "Lexicón" (1), una recopilación de artículos sobre términos ambiguos y discutidos en cuestiones éticas.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Confusión entre identidad y tendencia sexual[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La homosexualidad sigue siendo un problema psíquico en la organización de la vida sexual, que concierne al individuo. Querer trivializar esta orientación y darle un estatuto social equivale a confundirlo con la identidad sexual. Ahora bien, no hay más que dos identidades sexuales: masculina o femenina, no hay identidad homosexual.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La homosexualidad pertenece al grupo de tendencias sexuales numerosas y variadas en el psiquismo humano y que, en el mejor de los casos, están sublimadas y situadas bajo la primacía de la identidad sexual. El individuo sólo puede socializarse y enriquecer el vínculo social a partir de su identidad (de hombre o de mujer). (...)[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]La tendencia sexual está del lado de la tendencia instintiva parcial, mientras que la identidad es un dato efectivo: esta última pertenece, por tanto, al lado de la cultura y de la elaboración de los instintos. Dar valor a una tendencia en detrimento de las otras da a entender que se podría vivir socialmente a merced de las tendencias instintivas parciales (homosexualidad, voyeurismo, exhibicionismo, sadomasoquismo, trasvestismo, transexualidad, etc.) sin ninguna visión global de sí mismo, del otro y de la sociedad.[/size]
[size= small; font-family: Times New Roman] [/size]
[size= small; font-family: Times New Roman]La sociedad no tiene que reconocer la homosexualidad, sólo las personas están sujetas a derechos y deberes; y esto no es el caso de una tendencia sexual. Militantes homosexuales hacen de su tendencia sexual un objeto de derecho para casarse y adoptar niños, cuando están en una situación contraria para vivir esa doble realidad que sólo pueden compartir un hombre y una mujer. Dan a veces la impresión de rehuir las preguntas que se plantean sobre este tema y de huir igualmente de su historial psicológico, sobre todo, cuando se sabe que la mayoría de los sujetos descubren su tendencia homosexual de manera atormentada.[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Homofobia y angustia homosexual[/size]
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[size= small; font-family: Times New Roman]Se observa, muy a menudo, que la ansiedad y la angustia que van ligadas a la homosexualidad no son en realidad mero producto de la sociedad fundada únicamente sobre la relación de pareja hombre/mujer y, por tanto, heterosexual. El tormento del descubrimiento de la atracción por personas del mismo sexo encuentra su origen, sobre todo, en razones psíquicas. Estas son numerosas y variadas, empezando por el hecho de no poder establecer una relación afectiva íntima con una persona del sexo contrario. Esta incapacidad remite a una impotencia ansiogénica que unas personalidades frágiles en su narcisismo intentan colmar a través de un reconocimiento social. (...)[/size]
[size= small; font-family: Times New Roman] [/size]
[size= small; font-family: Times New Roman]Numerosos homosexuales son completamente indiferentes a una militancia activista con la que no se sienten identificados. No están particularmente...

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