Aprender a ordenar

El tema que me planteaís respecto al poco tiempo del que disponeís con vuestra hija es, por desgracia, algo generalizado en la sociedad actual. Por eso, más que nunca, debemos de imponer mucha disciplina aderezada con mucho amor a nuestros hijos. En general nuestros hijos se convierten a veces en pequeños tiranos, ya que nosotros nos sentimos culpables del poco tiempo que pasamos con ellos, y les consentimos demasiado; es por ello que las normas deben ser siempre las mismas, y mantenerse lo más fimemente posible a pesar de las dificultades que esto entraña muchas veces. Por lo que me cuentas, vuestra hija tiene una buena conducta en general, y sólo tiene problemas para mantener aseado su cuarto. Bien, los niños son por naturaleza ordenados, y necesitan de un orden para sentirse cómodos y seguros; pero al mismo tiempo les encanta tener un montón de juguetes esparcidos, ya que así parece más divertido.
El problema es que los padres terminan por hacer más cosas de las que deberían, y el niño aprende que alguien lo limpiará más tarde.
Debéis enseñar a vuestra hija que cada miembro de la familia debe responsabilizarse de sus cosas, y debéis recompensarla cada vez que encuentre las cosas en su sitio y así ella se sentirá orgullosa de lo ordenada que es. Debéis crear un hábito, animándola a que recoja sus cosas tan pronto ha terminado de jugar, ayudándola al principio a distribuirlas correctamente, y transformándolo en un juego de recoger, mientras cantamos algo del tipo: " los peluches a su cama, y los puzzles a su caja, las muñecas a su sitio, y la cocinita ordenada... así lo arreglo yo, porque me hago muy mayor" inventando una letra para cada cosa que hay que guardar, con una tonadilla pegadiza. De este modo recoger será para vuestra hija como un juego. Debéis utilizar elogios y refuerzos cada vez que lo haga correctamente, motivándola así a que lo haga por sí misma, para recibir más elogios de vuestra parte. Hacedle saber cuan felices os sentís cuando ella mantiene su cuarto ordenado, es capaz de encontrar sus cosas sola, y de guardar los juguetes sin ayuda. Cuando lo haga así, podéis reforzarla jugando a su juego preferido.
Si lo hacéis así seguro que mejorará, pero debéis ser conscientes de que vuestra hija necesita de un rato de atención en exclusiva para ella cada día, sin compartirlo con la lavadora, la cena u otras tareas domésticas. Quizá sólo pueden ser 20 minutos, pero deben ser unos minutos de calidad, en los que papá o mamá estéis por ella y sólo por ella.