¿Qué hacer para que recupere la ilusión en mí?
Buenas tardes,
el asunto es el siguiente:
Mi pareja y yo llevamos juntos algo más de un año y medio, aunque bastante antes de este período ya sentíamos una atracción inevitable el uno hacia el otro. Decidimos empezar a salir, y nunca he sido tan feliz como lo soy desde que le tengo a él en mi vida.
Todo iba bien, yo tenía un novio que, quizás porque le dije claramente que algunas de estas cosas eran lo que necesitaba, era cariñoso conmigo, simpático, amable, fiel, sincero, y además, se notaba siempre que tenía ganas de verme. Yo ya sabía que su carácter no era tan abierto, pero yo le pedía siempre que me dijera que me quería (lo necesitaba) y cosas así. Fueron muchas las veces que él me dijo que éste no era su carácter, que no podía siempre ser así de cariñoso. Yo simplemente pensaba que era porque no le echaba las suficientes ganas al asunto, así que no es que "pasara" de lo que él me decía, pero mucho caso no le hacía; creía simplemente que era una cuestión de esfuerzo, y que si yo le iba empujando, él conseguiría adoptar otro carácter más amoroso. Craso error.
Un día de principios de enero, se presentó cerca de mi casa (él no es de aparecer repentinamente, por lo tanto me asusté muchísimo). Resumidamente, yo le había conducido a un punto en el cual él ya no estaba contento, no podía ser él mismo, y ya no soportaba ser tan cariñoso como yo le pedía, ya que estaba luchando contra su carácter. Después de dos o tres largas horas, los dos llorando, decidimos continuar con la relación. Hubo algún percance más ese mismo mes, pero nada que no pensara que habíamos solucionado.
Yo creo que tomé las riendas de la relación, olvidé lo que necesitaba y le apoyé. Sólo quería que él estuviera cómodo conmigo; llegados a ese punto, ya no era tan importante que él fuera cariñoso o no, sino que lo más importante entonces (y ahora) era poder disfrutar de su impresionante compañía.
Haciendo un pequeño inciso, no puedo permitirme dejarlo ir, ya que tengo la suerte de ser muy consciente de que estoy con la persona más maravillosa que yo pudiera desear. Es muy sincero, divertido, simpático, complaciente, y sobre todo, tiene un código moral absolutamente fascinante. Así que dejando aparte el amor que siento por él, tiene un sinfín de cualidades que adoro.
Así pues, han ido pasando los meses. Nuestros caracteres son muy distintos; yo tiendo a ser muy cariñosa (sólo con él, y no sé por qué, porque con ninguna otra persona lo he sido jamás), y él es más bien lo contrario. Quizá le exijo demasiado, aunque ya no le "obligo" a que sea cariñoso. Tan sólo pretendo tener conversación cada día y vernos de vez en cuando, tipo los fines de semana.
De esta manera, he ido aguantando los meses. He intentado demostrar toda la ilusión posible, he intentado ser más generosa para con su manera de ser, he intentado ser menos agobiante, he intentado que no se sintiera cohibido conmigo, y he intentado que seamos felices. Lo que pasa es que, aparte de poseer un carácter que tiende irremediablemente a la "quisquillosidad", creo que si tantas veces me he quejado no es porque él no me hubiera llamado un día, por ejemplo, sino que ahora que lo veo desde la distancia, creo que todos los malos rollos que he podido generar, han sido culpa de que desde lo más profundo de mi ser y de mi corazón yo he sido muy consciente de que él no estaba tan ilusionado como antes. Personalmente, yo no creo en la ilusión "forever", pero después de este tiempo, yo sigo teniendo muchísimas ganas de compartir cualquier cosa con él, y él en cambio a días sí y a días no. Me duele bastante porque daría y haría cualquier cosa del mundo por él, y ver como la otra persona no tiene tantas ganas de compartir su vida contigo es algo horroroso.
Asimismo, él dice que se siente condicionado por mi, ya que como he mencionado antes, "pretendo" ciertas cosas que a mi parecer son normales (digamos que antes pedía mucho más, y que antes de que pasara el percance de enero, yo estaba saliendo con otra persona totalmente diferente; creo que aún no me he acostumbrado a este nuevo novio), pero por otra parte, yo ya no me siento tan libre con él, en el sentido de que todos los besos, abrazos y palabras preciosas que me sentía libre de hacer o decir antes, ahora ya no me salen con tanta naturalidad. Cabe decir le quiero con todo mi corazón, y que me da un poco de vergüenza no tener el "valor" de decirle "te quiero más que a mi vida", o de darle un beso porque sí; ya le dije a él, que pensaba que si hacía alguna de estas cosas él pensaría que lo hago para que él haga lo mismo conmigo. Y eso no es lo que quiero, simplemente me gustaría que igual que él se siente libre de no hacer este tipo de cosas, yo también quiero sentirme feliz haciéndolas, pero sé que si se las hago él se agobiará. El caso es que pretende que le entienda, pero él no tiene ni idea de la tensión con la que he estado viviendo. Antes de enero todo era idílico: me veía con él para siempre. Y después de enero, esa ingenuidad, por así decirlo, se ha ido convirtiendo un poco en amargura, ya que sé que todas aquellas cosas que planeamos seguramente no puedan convertirse en realidad. Y nada me gustaría más en el mundo que continuar con él toda la vida sin este temor de que cualquier día se truncará la relación que tanto amo (sé que suena muy idealista e incluso inmaduro, pero no es así en mi caso).
Por último, mencionar que la semana pasada estuvo a punto de dejarme. Básicamente piensa que no acepto su carácter y que pido demasiado. Quizás es así, pero a mi lo que más me preocupa es que no siente tanta ilusión, y en cambio yo a veces siento que no es posible que pueda caber tanto amor ni tantas ganas en mi corazón. Por otra parte, yo le expliqué todo ésto (él no se había dado cuenta de cómo me había tenido que sentir yo por querer complacerlo a él). Cabe decir que él se sintió fatal (al igual que yo me siento mal por todas las cosas que hago mal, porque obviamente no soy para nada perfecta) y mencionó que a lo mejor sería mejor dejarlo, ya que él no estaba seguro de qué hacer, y no quería hacerme más daño. Pero después de decirlo, no abandonó el lugar en el que estábamos; continuó allí llorando y yo mientras tanto pensaba: "¿Por qué no se va?". Creí que por el lenguaje corporal, no quería dejar la relación ni quería irse. Así que le planteé la opción de intentarlo de nuevo (es que en mi cabeza no entra que dos personas estén discutiendo durante 4 horas si dejar una relación y que los dos estén llorando como histéricos, y que la relación tenga que acabar con tanto amor). Él dice que me quiere, a todo esto. Nos hemos dado 10 días de tiempo, en los...
el asunto es el siguiente:
Mi pareja y yo llevamos juntos algo más de un año y medio, aunque bastante antes de este período ya sentíamos una atracción inevitable el uno hacia el otro. Decidimos empezar a salir, y nunca he sido tan feliz como lo soy desde que le tengo a él en mi vida.
Todo iba bien, yo tenía un novio que, quizás porque le dije claramente que algunas de estas cosas eran lo que necesitaba, era cariñoso conmigo, simpático, amable, fiel, sincero, y además, se notaba siempre que tenía ganas de verme. Yo ya sabía que su carácter no era tan abierto, pero yo le pedía siempre que me dijera que me quería (lo necesitaba) y cosas así. Fueron muchas las veces que él me dijo que éste no era su carácter, que no podía siempre ser así de cariñoso. Yo simplemente pensaba que era porque no le echaba las suficientes ganas al asunto, así que no es que "pasara" de lo que él me decía, pero mucho caso no le hacía; creía simplemente que era una cuestión de esfuerzo, y que si yo le iba empujando, él conseguiría adoptar otro carácter más amoroso. Craso error.
Un día de principios de enero, se presentó cerca de mi casa (él no es de aparecer repentinamente, por lo tanto me asusté muchísimo). Resumidamente, yo le había conducido a un punto en el cual él ya no estaba contento, no podía ser él mismo, y ya no soportaba ser tan cariñoso como yo le pedía, ya que estaba luchando contra su carácter. Después de dos o tres largas horas, los dos llorando, decidimos continuar con la relación. Hubo algún percance más ese mismo mes, pero nada que no pensara que habíamos solucionado.
Yo creo que tomé las riendas de la relación, olvidé lo que necesitaba y le apoyé. Sólo quería que él estuviera cómodo conmigo; llegados a ese punto, ya no era tan importante que él fuera cariñoso o no, sino que lo más importante entonces (y ahora) era poder disfrutar de su impresionante compañía.
Haciendo un pequeño inciso, no puedo permitirme dejarlo ir, ya que tengo la suerte de ser muy consciente de que estoy con la persona más maravillosa que yo pudiera desear. Es muy sincero, divertido, simpático, complaciente, y sobre todo, tiene un código moral absolutamente fascinante. Así que dejando aparte el amor que siento por él, tiene un sinfín de cualidades que adoro.
Así pues, han ido pasando los meses. Nuestros caracteres son muy distintos; yo tiendo a ser muy cariñosa (sólo con él, y no sé por qué, porque con ninguna otra persona lo he sido jamás), y él es más bien lo contrario. Quizá le exijo demasiado, aunque ya no le "obligo" a que sea cariñoso. Tan sólo pretendo tener conversación cada día y vernos de vez en cuando, tipo los fines de semana.
De esta manera, he ido aguantando los meses. He intentado demostrar toda la ilusión posible, he intentado ser más generosa para con su manera de ser, he intentado ser menos agobiante, he intentado que no se sintiera cohibido conmigo, y he intentado que seamos felices. Lo que pasa es que, aparte de poseer un carácter que tiende irremediablemente a la "quisquillosidad", creo que si tantas veces me he quejado no es porque él no me hubiera llamado un día, por ejemplo, sino que ahora que lo veo desde la distancia, creo que todos los malos rollos que he podido generar, han sido culpa de que desde lo más profundo de mi ser y de mi corazón yo he sido muy consciente de que él no estaba tan ilusionado como antes. Personalmente, yo no creo en la ilusión "forever", pero después de este tiempo, yo sigo teniendo muchísimas ganas de compartir cualquier cosa con él, y él en cambio a días sí y a días no. Me duele bastante porque daría y haría cualquier cosa del mundo por él, y ver como la otra persona no tiene tantas ganas de compartir su vida contigo es algo horroroso.
Asimismo, él dice que se siente condicionado por mi, ya que como he mencionado antes, "pretendo" ciertas cosas que a mi parecer son normales (digamos que antes pedía mucho más, y que antes de que pasara el percance de enero, yo estaba saliendo con otra persona totalmente diferente; creo que aún no me he acostumbrado a este nuevo novio), pero por otra parte, yo ya no me siento tan libre con él, en el sentido de que todos los besos, abrazos y palabras preciosas que me sentía libre de hacer o decir antes, ahora ya no me salen con tanta naturalidad. Cabe decir le quiero con todo mi corazón, y que me da un poco de vergüenza no tener el "valor" de decirle "te quiero más que a mi vida", o de darle un beso porque sí; ya le dije a él, que pensaba que si hacía alguna de estas cosas él pensaría que lo hago para que él haga lo mismo conmigo. Y eso no es lo que quiero, simplemente me gustaría que igual que él se siente libre de no hacer este tipo de cosas, yo también quiero sentirme feliz haciéndolas, pero sé que si se las hago él se agobiará. El caso es que pretende que le entienda, pero él no tiene ni idea de la tensión con la que he estado viviendo. Antes de enero todo era idílico: me veía con él para siempre. Y después de enero, esa ingenuidad, por así decirlo, se ha ido convirtiendo un poco en amargura, ya que sé que todas aquellas cosas que planeamos seguramente no puedan convertirse en realidad. Y nada me gustaría más en el mundo que continuar con él toda la vida sin este temor de que cualquier día se truncará la relación que tanto amo (sé que suena muy idealista e incluso inmaduro, pero no es así en mi caso).
Por último, mencionar que la semana pasada estuvo a punto de dejarme. Básicamente piensa que no acepto su carácter y que pido demasiado. Quizás es así, pero a mi lo que más me preocupa es que no siente tanta ilusión, y en cambio yo a veces siento que no es posible que pueda caber tanto amor ni tantas ganas en mi corazón. Por otra parte, yo le expliqué todo ésto (él no se había dado cuenta de cómo me había tenido que sentir yo por querer complacerlo a él). Cabe decir que él se sintió fatal (al igual que yo me siento mal por todas las cosas que hago mal, porque obviamente no soy para nada perfecta) y mencionó que a lo mejor sería mejor dejarlo, ya que él no estaba seguro de qué hacer, y no quería hacerme más daño. Pero después de decirlo, no abandonó el lugar en el que estábamos; continuó allí llorando y yo mientras tanto pensaba: "¿Por qué no se va?". Creí que por el lenguaje corporal, no quería dejar la relación ni quería irse. Así que le planteé la opción de intentarlo de nuevo (es que en mi cabeza no entra que dos personas estén discutiendo durante 4 horas si dejar una relación y que los dos estén llorando como histéricos, y que la relación tenga que acabar con tanto amor). Él dice que me quiere, a todo esto. Nos hemos dado 10 días de tiempo, en los...
1 Respuesta
Respuesta de Diana Ohana
1