Cuidados del agapornis: jaula donde vivir, comida, sociabilidad y cómo ganar su confianza

El tipo de jaula más recomendable es una para loros pequeños (en una tienda especializada te informarán). Si es demasiado pequeña el animal sufrirá estrés, así como aburrimiento. Si es demasiado grande, él será feliz, pero igual ocupa demasiado espacio en tu casa. Eso sí, cuanto más grande mejor. El alimento mejor es una mezcla de distitnas semillas, mixtura de mijo y mixtura de alpiste en una proporción de 3/5, avena y cañamones 2/5 y pipas de girasol 1/5. Venden preparados ya especializados para agapornis si te es más cómodo. Aparte debes darle fruta (manzana, pera, fresas, cerezas, melocotón, plátano, albaricoque, ciruelas, etc, así como verdura (lechuga, tomate, etc). Si ves que alguna fruta no la come puede ser porque no la conozca (las aves solo comen aquello que conocen), ten paciencia. Los agapornis no suelen ser agresivos por norma, aunque pueden llegar a serlo si se ven amenazados. Son aves de carácter, pero bien domesticada no suele ser muy agresiva. Cualquier ave que se ve atrapada (y más por un desconocido) es normal que intenten escaapar, y eso incluye picar. De todos modos, también depende de la especie de agapornis, los roseicollis tienen fama de ser algo más agresivos, pero te digo, que sólo si se ven amenazados o molestados. Un agapornis adiestrado o tiene porque ser agresivo. Más o menos es como un periquito. Para ganarte suu confianza, lo primero paciencia. Está en un lugar nuevo, con gente desconocida. Es normal que se muestre agresivo o asustado. Debes primero permitir que se acostumbre a vuestra presencia. Acercaros a la jaula sin hacer muchos aspavientos, silbando o tatareando para que se prepara ante vuestra llegada. Estar frente a la jaula unos segundos (mirar si tiene agua y comida, reponerla si hace falta), y marcharos. NO lo miréis fijamente (es una amenaza en la naturaleza). Cuando ya no es eponga nervioso empezar el adiestramiento. Llevar la jaula a un sitio tranquilo, con puertas y ventanas cerradas. Abrir la puerta y meter un poco la mano. Intentará tal vez picaros (o se mpondra muy nervioso), no le hagáis caso, y si os pica, NO le peguéis (podéis hacerle daño, y/o que os coja miedo a la mano). Decir un NO, seco, pero sin gritar (los gritos en los loros denota alegría). Hacer este ejercicio 3 ó 4 veces al día. Conforme vayas viendo que se tranquiliza, mete la mano un poco más. Cuando ya la tengas practicametne dentro, ofrécele alguna golosina (fruta por ejemplo). Cuando coma de tu mano, coloca un dedo deabjo de su tripa y encima de sus patas paar que se suba. Cuando lo haga, sácalo. Suerte.