Maestra

El alfabeto dactilológico consta de 31 posiciones de la mano dominante. Facilita la articulación y la escritura correcta, cuando se aprende en el mismo momento que el fonema en la etapa de la desmutización, y así es un procedimiento para recordar la palabra, pues cada posición particular de los dedos designa a la vez la disposición y la acción de los órganos de la palabra propios para producir un sonido.
Las normas para su uso son:
- Aprender bien la posición de los dedos.
- Se trazan las letras en el aire, la mano dominante debe mantenerse a la altura del pecho y separa de él lateralmente.
- Al escribir una palabra se debe hacer con continuidad. La separación de las palabras se indica con una pequeña pausa.
- Con movimientos del antebrazo y muñeca y unas líneas curvas con los dedos que modifican las posturas se crean nuevas letras como la ll, j, rr, etc.
- Se incluye la diéresis, que modifica la u con movimientos de los dedos de arriba-abajo.
El alfabeto dactilográfico facilita la coordinación digital y la psicomotricidad manual. Al trabajar con el alfabeto intentamos adaptar los movimientos de los dedos al lenguaje y el habla. La intencionalidad de los movimientos supone una motivación de comunicación y manifiesta la madurez del niño y su dominio corporal y psicológico. El dactilológico, como lenguaje exclusivo, lo emplean únicamente los sordos con conocimiento del lenguaje oral. En los nombre propios, se recurre al dactilológico y así queda completada la suplencia mental de la lectura labial.