Otro vez poliacordes
De nuevo Rafa, aquí estoy queriendo saber un poco más (y gracias, como siempre, por tu pronta respuesta).
Recuerdo que te pregunté sobre atonalidad y tú sugeriste lo de la politonalidad y la modalidad como principio para experimentar, también sugeriste poliacordes como recurso. Pero, si estoy realmente interesado en sonar atonal, ¿es verdaderamente efectivo el uso de poliacordes? Evidentemente, la sonoridad global de un poliacorde puede resultar totalmente externa a cualquier tonalidad, no hay más que coger dos triadas de regiones armónicas muy lejanas, pero la construcción de estos poliacordes, al ser triádica, sugiere elementos estructurales de la tonalidad...
¿Debo buscar otros poliacordes compuestos por acordes no tonales?
¿Debo, por ejemplo, en vez de centrarme en los acordes componentes, buscar combinaciones de intervalos que pudieran resultar de algún modo idiomáticas en una obra en particular y trabajar sobre esos intervalos (para favorecer la unidad del discurso) desarrollando las ideas musicales que con ellos puedan surgir?
¿Hay qué olvidarse totalmente de las funciones armónicas?
¿Cuál es el elemento que pueda ayudar a "dirigir", ordenar o, si lo prefieres, equilibrar una armonía atonal?
Pregunto esto porque una total libertad puede ser un arma de doble filo, más para inexpertos como yo...
Recuerdo que te pregunté sobre atonalidad y tú sugeriste lo de la politonalidad y la modalidad como principio para experimentar, también sugeriste poliacordes como recurso. Pero, si estoy realmente interesado en sonar atonal, ¿es verdaderamente efectivo el uso de poliacordes? Evidentemente, la sonoridad global de un poliacorde puede resultar totalmente externa a cualquier tonalidad, no hay más que coger dos triadas de regiones armónicas muy lejanas, pero la construcción de estos poliacordes, al ser triádica, sugiere elementos estructurales de la tonalidad...
¿Debo buscar otros poliacordes compuestos por acordes no tonales?
¿Debo, por ejemplo, en vez de centrarme en los acordes componentes, buscar combinaciones de intervalos que pudieran resultar de algún modo idiomáticas en una obra en particular y trabajar sobre esos intervalos (para favorecer la unidad del discurso) desarrollando las ideas musicales que con ellos puedan surgir?
¿Hay qué olvidarse totalmente de las funciones armónicas?
¿Cuál es el elemento que pueda ayudar a "dirigir", ordenar o, si lo prefieres, equilibrar una armonía atonal?
Pregunto esto porque una total libertad puede ser un arma de doble filo, más para inexpertos como yo...
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Respuesta de wierd
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